Scopri come la DANA ha influenzato l'agricoltura in Valencia.
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La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó Valencia ha dejado una huella profunda en el sector agrícola de la región. Según estimaciones preliminares, alrededor de 49,000 agricultores se han visto afectados, con daños significativos en cultivos como el caqui, los cítricos, el arroz y los viñedos.
La situación es crítica, especialmente en áreas como Utiel-Requena y Horta Sud, donde las pérdidas podrían ser devastadoras si no se implementan medidas de apoyo adecuadas.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha anunciado un paquete de ayudas que asciende a 444,5 millones de euros para mitigar los efectos de la catástrofe.
Este esfuerzo incluye la movilización de la Reserva Agrícola de Crisis del presupuesto europeo y la evaluación de daños a través de Agroseguro. El objetivo es claro: no perder una sola hectárea de producción agrícola en la Comunidad Valenciana. La rapidez en la entrega de estas ayudas es crucial, y el Gobierno se ha comprometido a procesarlas en un plazo de 90 a 100 días.
A pesar de los desafíos inmediatos, el ministro Planas también ve oportunidades en el horizonte. El acuerdo de libre comercio con Mercosur podría abrir nuevas puertas para el sector agroalimentario español, que ya se posiciona como uno de los mayores exportadores a nivel mundial. En el último año, España ha exportado productos agroalimentarios por un valor récord de 73,770 millones de euros, lo que refuerza la importancia de mantener y expandir mercados internacionales.
La estrategia nacional de alimentación, que se presentará al Consejo de Ministros en enero, busca abordar no solo la recuperación tras la DANA, sino también los retos a largo plazo que enfrenta la agricultura española. Temas como el cambio climático, la digitalización y la salud son fundamentales para garantizar la sostenibilidad del sector. La ambición es clara: incrementar el valor añadido de la producción agroalimentaria y asegurar que España siga siendo un líder en este ámbito.
El aceite de oliva, uno de los productos estrella de la agricultura española, ha experimentado una escalada de precios que ha afectado tanto a productores como a consumidores. A pesar de una caída en el consumo del 15-17%, la demanda sigue siendo fuerte. Con la reciente mejora en las condiciones climáticas, se espera que la producción aumente, lo que podría llevar a una reducción de precios en el futuro. El ministro Planas ha enfatizado la importancia de equilibrar los intereses de los productores y los consumidores para mantener la estabilidad en el mercado.
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