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El racismo no solo se manifiesta en términos morales, sino que también tiene un impacto económico significativo en España. Según un informe del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, la discriminación laboral y educativa genera un coste de 17.000 millones de euros, lo que representa un 1,3% del PIB.
Este artículo explora las implicaciones económicas de la discriminación racial y cómo afecta a la población extranjera en el país.
El informe revela que el impacto económico en el ámbito laboral asciende a 12.300 millones de euros.
Las desigualdades en el acceso al mercado de trabajo y en la remuneración son evidentes, afectando especialmente a las mujeres extranjeras. La tasa de desempleo entre la población extranjera es del 18,2%, en comparación con el 11,6% de la población autóctona. A pesar de que la tasa de actividad de los extranjeros es más alta, con un 71%, las mujeres enfrentan mayores dificultades para acceder a empleos adecuados a su formación.
El ámbito educativo también refleja profundas desigualdades, con un coste de 4.800 millones de euros. La tasa de escolarización de los jóvenes extranjeros es un 17% inferior a la de los autóctonos. Además, los estudiantes extranjeros enfrentan mayores tasas de repetición y un rendimiento académico inferior. Esta situación limita sus oportunidades de acceder a estudios superiores y perpetúa el ciclo de desigualdad.
La discriminación racial en España no solo es un problema moral, sino que tiene repercusiones económicas significativas. La falta de acceso equitativo al mercado laboral y a la educación afecta no solo a las personas directamente discriminadas, sino también al crecimiento económico del país. Es crucial abordar estas desigualdades para fomentar una sociedad más inclusiva y próspera.
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