Explorando cómo la automatización y la inteligencia artificial afectan a la clase media y baja
Temas cubiertos
La brecha entre ricos y pobres en la era digital
En la actualidad, la desigualdad económica se ha convertido en un tema candente, especialmente con el auge de las tecnologías digitales y la automatización. Según el economista Simon Johnson, la brecha entre los más ricos y el resto de la población se ha ampliado, y esto se debe en gran parte a la forma en que se han implementado estas tecnologías.
Mientras que aquellos en la cima del mercado laboral, con educación avanzada, han visto un aumento en sus ingresos, las clases medias y bajas han enfrentado desafíos significativos, incluyendo la pérdida de empleos y la estancación salarial.
El papel de la automatización y la inteligencia artificial
La automatización, impulsada por la inteligencia artificial, está transformando el mercado laboral de maneras que muchos no anticiparon. Johnson argumenta que aproximadamente el 70% de la desigualdad actual se puede atribuir a la automatización, mientras que un 20% se debe a la presión global, como la competencia de economías emergentes. Este cambio no solo ha afectado a los trabajadores menos calificados, sino que también ha llevado a una mayor vigilancia en el lugar de trabajo, donde los empleados son monitoreados de cerca, lo que genera un ambiente de deshumanización y estrés.
La reacción política y el populismo
La creciente desigualdad y la frustración económica han dado lugar a un descontento generalizado, que se ha manifestado en el auge de movimientos populistas en todo el mundo. La percepción de que las democracias no han cumplido con su promesa de prosperidad compartida ha alimentado este descontento. Johnson señala que la rabia de la clase media y baja es legítima, aunque a menudo se canaliza de manera que no resuelve los problemas subyacentes. La polarización política se ha intensificado, exacerbada por las plataformas digitales que monetizan la ira y el conflicto.
Propuestas para un futuro más equitativo
Para abordar estos problemas, es crucial encontrar un equilibrio entre la automatización y la creación de nuevos empleos. Johnson sugiere que se deben establecer restricciones sobre la publicidad digital y la vigilancia en el lugar de trabajo, y que estas decisiones deben surgir de un proceso democrático. Además, propone un impuesto elevado sobre la publicidad digital de las grandes empresas tecnológicas, que actualmente generan enormes ingresos a expensas de la sociedad. Este enfoque podría ayudar a redirigir los beneficios de la tecnología hacia un modelo más equitativo y sostenible.