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Las lluvias torrenciales que han azotado la Comunitat Valenciana han llevado a la fábrica de Ford en Almussafes a declarar un cierre temporal de sus instalaciones. Este cierre, que se produce por fuerza mayor, afecta a la producción y ha sido confirmado por el sindicato UGT tras una reunión con la dirección de Recursos Humanos.
La situación se ha vuelto crítica, con carreteras inundadas y condiciones de trabajo inseguras para los empleados.
La planta de Ford, que emplea a aproximadamente 700 trabajadores, ha tenido que suspender su actividad desde este miércoles y permanecerá cerrada al menos hasta el lunes 11 de noviembre.
Este cierre se suma a un paro total de producción ya programado, lo que genera incertidumbre entre los empleados. Muchos de ellos se han visto obligados a pasar la noche en la fábrica debido a las inundaciones que han dificultado el transporte hacia sus hogares en localidades cercanas como Alzira y Algemesí.
Durante esta semana, se llevarán a cabo nuevas reuniones para evaluar la situación y determinar si es posible reanudar la producción en condiciones seguras. La empresa ha manifestado su compromiso de reanudar la actividad “lo antes posible”, pero la seguridad de los trabajadores es la prioridad. Se espera que la producción pueda reanudarse el martes 12 de noviembre, aunque esto dependerá de la evolución de las condiciones climáticas y de la infraestructura de transporte en la región.
El pacto entre la CETM y los sindicatos CCOO y UGT garantiza la paz laboral en el sector del transporte.
Mientras las sanciones occidentales apuntan directamente a la economía rusa desde el inicio de la guerra en Ucrania, y en particular a su producción y exportación de petróleo crudo, Moscú no cesa de desplegar estrategias sofisticadas para preservar la exportación de sus hidrocarburos.