Las principales cadenas de televisión y radio exigen más de 160 millones de euros a Meta por incumplimiento de normativas.
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La demanda conjunta de los grupos audiovisuales
Grandes grupos audiovisuales españoles, como Atresmedia y Mediaset, junto a canales como Trece, han decidido unir fuerzas y presentar una demanda conjunta contra Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp. Esta acción legal se fundamenta en acusaciones de competencia desleal, reclamando más de 160 millones de euros en daños económicos.
Según un comunicado emitido por los demandantes, Meta ha incurrido en un «sistemático incumplimiento» de las normativas europeas de protección de datos, lo que les ha permitido obtener una ventaja ilícita en el mercado de la publicidad online.
Incumplimiento de la normativa europea
Los denunciantes argumentan que Meta ha violado las regulaciones establecidas desde mayo de 2018, que exigen el consentimiento previo de los usuarios para el uso de sus datos con fines publicitarios. Este incumplimiento ha permitido a la compañía estadounidense acumular una base de datos masiva, facilitando la segmentación y personalización de anuncios de manera que, según los demandantes, habría sido imposible si se hubiera respetado la normativa. La demanda destaca que, de haber seguido las reglas, la capacidad de Meta para ofrecer publicidad personalizada se habría visto «notablemente reducida».
Impacto en el ecosistema publicitario
La acción judicial no solo busca compensación económica, sino que también pone de relieve el impacto que el comportamiento de Meta ha tenido en el ecosistema publicitario online. Según Uteca y AERC, las prácticas de Meta han permitido que la empresa adquiera una «ventaja competitiva injusta», afectando directamente a las cadenas de televisión y radio que dependen de la publicidad para su funcionamiento. La demanda se suma a otras acciones legales previas, como la interpuesta en diciembre de 2023 por la Asociación de Medios de Información (AMI), que representa a 26 grupos editoriales, lo que indica que la tensión entre los medios tradicionales y las plataformas digitales está lejos de resolverse.
