Economía
|
28 octubre, 2024 8:01 am

Flota fantasma rusa: una estrategia para eludir las sanciones petroleras

Compartir

Mientras las sanciones occidentales apuntan directamente a la economía rusa desde el inicio de la guerra en Ucrania, y en particular a su producción y exportación de petróleo crudo, Moscú no cesa de desplegar estrategias sofisticadas para preservar la exportación de sus hidrocarburos.

Mientras las sanciones occidentales apuntan directamente a la economía rusa desde el inicio de la guerra en Ucrania, y en particular a su producción y exportación de petróleo crudo, Moscú no cesa de desplegar estrategias sofisticadas para preservar la exportación de sus hidrocarburos. Una de las tácticas clave empleadas por el Kremlin es la creación y uso de una flota de barcos apodada «flota fantasma», que representa hoy un riesgo considerable tanto en el plano económico como ambiental.

Estrategias de ocultamiento y evasión de normas: ¿cómo opera la flota fantasma?

La flota fantasma rusa está compuesta por una multitud de barcos, a menudo antiguos, mal mantenidos y carentes de la cobertura aseguradora adecuada. Los barcos cambian regularmente de bandera y utilizan empresas pantalla registradas en jurisdicciones offshore como Dubái o las Islas Marshall. Esta flota clandestina supera los 400 barcos y permite a Rusia mantener un flujo de exportaciones del orden de 4 millones de barriles por día, según una investigación del Financial Times.

Esta red está respaldada por un sistema financiero complejo que facilita la compra y gestión de barcos desgastados mediante intermediarios estratégicamente ubicados. Un contable británico figura entre los principales intermediarios, habiendo ayudado a Rusia a adquirir discretamente 25 barcos a través de empresas pantalla por más de 700 millones de dólares. Estas transacciones escapan en gran medida a las regulaciones occidentales, lo que complica aún más la identificación de los barcos y su trazabilidad.

El límite del precio del petróleo que Moscú no acepta

Las sanciones impuestas por el G7, la Unión Europea y otros aliados han buscado reducir los ingresos de Rusia al limitar el precio de sus exportaciones petroleras a 60 dólares por barril, entre otras medidas. El objetivo es doble: limitar los ingresos de Moscú y, por ende, su capacidad de hacer la guerra en Ucrania, sin provocar un aumento desmesurado en los precios mundiales de la energía. Sin embargo, las autoridades rusas, que rechazaron categóricamente las sanciones, han respondido rápidamente utilizando su flota fantasma para vender su petróleo a precios a menudo superiores al límite impuesto a países que no se han alineado con la Unión Europea y Estados Unidos contra Putin.

Lamentablemente, las tácticas para evadir las sanciones no se limitan al uso de barcos con banderas de conveniencia. Rusia también ha recurrido a empresas marítimas poco escrupulosas y aseguradoras que operan desde terceros países. Según una investigación de Politico, aseguradoras con sede fuera de Occidente proporcionan coberturas mínimas, lo cual genera dudas sobre la seguridad de estos barcos y su capacidad para enfrentar eventuales incidentes en el mar. Por lo tanto, querer sancionar a las grandes aseguradoras institucionales rusas puede resultar contraproducente. Su retirada del mercado solo tendría el efecto de favorecer a las empresas más pequeñas y menos capitalizadas.

Consecuencias ambientales: un peligro para los ecosistemas marinos

Los riesgos relacionados con el uso de estos barcos envejecidos y mal asegurados son múltiples. Como prueba, en marzo de 2024, el petrolero Innova, perteneciente a esta flota fantasma, fue responsable de un derrame de 23 kilómetros de largo frente a las costas de Escocia, causando una importante marea negra. Este tipo de incidentes demuestra la amenaza que representan estos barcos para los ecosistemas marinos globales, dado su mal estado y la falta de normas de seguridad.

Los expertos estiman que la mayoría de los barcos de la flota fantasma no cumplirían con las normas marítimas internacionales, y la falta de supervisión por parte de las autoridades occidentales permite a esta armada navegar con total impunidad. El sistema actual de regulación de los registros marítimos y de los seguros parece ineficaz ante la complejidad de las redes de empresas pantalla y banderas de conveniencia.

Nuevas sanciones británicas

En octubre de 2024, el Reino Unido anunció una nueva serie de sanciones dirigidas a 18 petroleros y 4 gaseros adicionales de la flota fantasma, marcando un endurecimiento de las medidas contra los barcos rusos. El objetivo sigue siendo el mismo: obstaculizar las fuentes de ingresos de Moscú y aumentar la presión internacional. Sin embargo, la eficacia de estas sanciones sigue siendo limitada frente a la ingeniosidad de las redes de ocultamiento de Rusia.

Las empresas pantalla, el uso de compañías de gestión marítima con sede en zonas francas, así como el recurso a aseguradoras poco reguladas, son algunas de las estrategias implementadas para desviar la atención y garantizar la continuidad de las exportaciones. Las autoridades internacionales deberán, por lo tanto, apoyarse en una mejor coordinación y en medios de vigilancia reforzados para limitar la expansión de la flota fantasma.

Más leídos

Descubre los días festivos nacionales y locales que marcarán el año 2025 en España.

La inteligencia artificial redefine los perfiles laborales y la estructura directiva en las empresas.

';