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La economía española: crecimiento sin productividad en el siglo XXI

Un análisis crítico sobre el crecimiento económico y sus implicaciones sociales

La economía española: crecimiento sin productividad en el siglo XXI
En los últimos años, la economía española ha sido objeto de análisis y debate, especialmente en lo que respecta a su crecimiento. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se prevé que la economía española crezca un 2,9% este año y más de un 2% en 2025.

Sin embargo, este crecimiento plantea interrogantes sobre su sostenibilidad y calidad, ya que se basa más en la creación de empleo que en el aumento de la productividad.

El dilema del crecimiento basado en el empleo

La productividad de la economía española ha mostrado una tendencia preocupante.

Actualmente, el PIB por ocupado es más bajo que hace una década. Esto significa que, aunque se están creando puestos de trabajo, la calidad de estos empleos y su contribución al crecimiento económico son cuestionables. En lugar de un crecimiento robusto, estamos viendo un aumento del empleo que no se traduce en una mejora significativa de la productividad. Este fenómeno es especialmente relevante en un contexto donde la población joven que busca empleo es cada vez menor.

Impacto social del crecimiento económico

El crecimiento económico en España ha tenido un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos. La saturación del mercado inmobiliario y el aumento de los precios de la vivienda son solo algunas de las consecuencias de un crecimiento que no se traduce en beneficios para la mayoría. En Cataluña, por ejemplo, tres de cada cuatro nuevos empleos creados en los últimos cinco años han sido ocupados por inmigrantes. Esto plantea un desafío adicional: la percepción de que el crecimiento económico beneficia solo a un grupo selecto, como los propietarios inmobiliarios, mientras que la población general enfrenta dificultades.

La necesidad de un crecimiento sostenible

Es fundamental cuestionar el tipo de crecimiento que se está promoviendo en España. Un crecimiento que no se basa en la productividad puede ser aceptable en el siglo XX, pero en el siglo XXI resulta perjudicial. La dependencia de sectores como el turismo, que ofrecen rendimientos desiguales, no es una solución sostenible a largo plazo. Los medios de comunicación deben ser responsables al informar sobre estas realidades, evitando calificar este tipo de crecimiento como positivo sin un análisis crítico.

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