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En los últimos años, el sistema de pensiones en España ha experimentado un notable crecimiento. Según datos recientes, el desembolso de la Seguridad Social en prestaciones contributivas alcanzó los 12.895,8 millones de euros en octubre, lo que representa un incremento del 6,45% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Este aumento se debe, en gran parte, a la creciente cantidad de jubilaciones y a la revalorización de las pensiones, que se ajustan anualmente según el IPC.
Un aspecto interesante de esta situación es el cambio en la tendencia de los trabajadores respecto a la jubilación.
Cada vez más personas optan por retrasar su jubilación, lo que ha llevado a un aumento en el número de nuevas altas de jubilación demorada. Entre enero y septiembre de este año, el 9,6% de las nuevas jubilaciones correspondieron a esta modalidad, un aumento significativo en comparación con el 4,8% registrado en 2019. Este cambio se atribuye a la implementación de nuevos incentivos que fomentan la prolongación de la vida laboral.
El aumento en el número de jubilaciones y la decisión de muchos trabajadores de retrasar su jubilación también han tenido un impacto en la pensión media. Actualmente, la pensión media del sistema es de 1.259,6 euros, un 5,2% más que el año anterior. En el caso de las pensiones de jubilación, la cifra asciende a 1.447,4 euros, siendo los nuevos jubilados del Régimen General los que perciben las pensiones más altas, con un promedio de 1.743,87 euros mensuales. Este incremento en las pensiones refleja no solo el aumento en el número de beneficiarios, sino también la necesidad de garantizar un nivel de vida adecuado para los pensionistas en un contexto económico cambiante.
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