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Valencia está observando a las Islas Canarias y Catalunya con el objetivo de desarrollar su economía relacionada con el mar

La Comunidad Valenciana cuenta con 518 kilómetros de litoral y un desarrollo que, a menudo, no mira hacia el mar. Fernando de Rojas, director de la Cátedra interuniversitaria de economía azul, señala que esta región es fundamental para impulsar su economía relacionada con el océano.

Esta semana, en la Marina de València, se explorarán las diversas oportunidades del sector, que incluye la náutica, la pesca, la acuicultura, así como el transporte marítimo, la biotecnología marina, el turismo en las costas y nuevas energías, entre otros.

Hace un año, durante el primer Congreso Internacional de la Economía Azul en Alicante, De Rojas presentó una iniciativa para que la Comunidad Valenciana adopte una estrategia azul, la cual requiere colaboración entre el sector público y privado para hacerse realidad. Ahora, esta iniciativa se ha transformado en un manifiesto que compila propuestas estratégicas para establecer una economía azul personalizada en la región.

“Contamos con el respaldo de la Generalitat Valenciana para avanzar en este ámbito y no volver a dar la espalda a estas oportunidades. Esperamos que el congreso de esta semana motive al gobierno valenciano a tomar un mayor interés en el asunto”, afirma De Rojas. La inauguración del congreso estará a cargo de Vicente Martínez Mus, conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, y contarán con la participación del sector privado, como Ángela Pérez Pérez, presidenta del clúster de biotecnología de la Comunidad Valenciana. De Rojas subraya que las oportunidades disponibles son diversas y numerosas.

En el ámbito de la biotecnología marina, la participación de nuestra comunidad representa un 9% del total nacional, colocándonos en una posición inferior a Madrid y Barcelona. Sin embargo, al analizar el sector náutico, tenemos fortalezas significativas, aunque sería necesario establecer una estrategia unificada similar a la de Cataluña o la creciente Andalucía. Fernando de Rojas enfatiza que es posible aprovechar esta oportunidad y que estamos en un momento crucial para implementar los recursos que la Unión Europea nos ofrece.

Por su parte, la Generalitat de Cataluña ha desarrollado un plan específico para promover una economía azul sostenible, abarcando el período 2023-2026. En Canarias, también se ha puesto en marcha este verano un plan de trabajo para 2024-2026, el cual integra de manera integral al sector privado. Esta iniciativa, que data de 2018, contempla hasta 85 metas estratégicas y la creación de una oficina destinada a evaluar los proyectos más relevantes para la economía azul, enfocándose especialmente en la energía eólica marina.

En comparación, la Comunidad Valenciana carece actualmente de proyectos activos relacionados con la energía eólica marina, aunque un número limitado de empresas de este sector desarrolla aquí componentes para iniciativas en otras comunidades autónomas y en el extranjero. La propuesta de la Cátedra, que incluye a la Universitat d’Alacant, la Universitat Miguel Hernández d’Elx y la Conselleria asociada, sugiere establecer un organismo que facilite la comunicación entre todos los sectores involucrados, promueva la investigación marina y fomente la colaboración entre el sector público y privado. Esto permitiría desarrollar nuevas industrias, optimizar el uso de los recursos marinos y elevar la educación y concienciación sobre la relevancia del mar como recurso cultural y estratégico.

En diversos foros se ha planteado la pregunta de por qué en ciudades como València o Alicante no se organiza una “Semana Azul”, considerando que los colegios e institutos disfrutan de una “Semana Blanca” en una región que carece de nieve y que, sin embargo, posee extensas playas.

La economía azul tiene un peso significativo en la Comunidad Valenciana. Según lo expuesto en la estrategia de la Cátedra, este sector genera empleo para aproximadamente 315,764 personas y contribuye con más de 23,400 millones de euros al valor añadido bruto (VAB), de los cuales el 80% corresponde al turismo en zonas costeras. No obstante, también es importante el transporte marítimo, el cual representa el 5.7% del empleo en la economía azul y un 9.2% del VAB. Las actividades portuarias aportan un 3.3% de los puestos de trabajo y un 4.4% al VAB. Asimismo, el sector de los recursos vivos marinos constituye un 2.6% de los empleos y un 4.1% del VAB.

Curiosamente, el turismo de playa se ha convertido en un verdadero monstruo económico, mientras que el sector de la construcción naval, aunque con un impacto más modesto (1,412 empleos), juega un papel crucial en el mercado de mantenimiento y reparación de embarcaciones, conformado por pequeñas y medianas empresas, talleres y profesionales especializados.

València, Alicante y Santa Pola son los lugares donde se encuentran los Astilleros Astondoa, destacando como algunos de los municipios con mayor conexión con el concepto de economía azul. Un análisis realizado por la Universitat de València señala que, en términos de superficie, los municipios más significativos en este ámbito son la propia capital de la comunidad, Alicante, Santa Pola, Castelló de la Plana, Denia, Burriana, Benidorm, Gandia, Torrevieja y Calp. Estas localidades son clave para el desarrollo de actividades relacionadas con la economía azul, y su categorización puede ser valiosa para la formulación de estrategias.

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