El apoyo financiero de la nueva generación de fondos europeos, creado para superar la crisis provocada por la pandemia y reindustrializar Europa, no está teniendo el mismo efecto en las empresas familiares. Un 55% de estas organizaciones no ha solicitado ningún tipo de ayuda y, entre aquellas que sí lo hicieron, solo un 3% considera que ha tenido un impacto significativo en su situación financiera.
Esta información proviene de una encuesta realizada a participantes del congreso del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que agrupa a las principales empresas familiares del país. En un 20% de los casos, las solicitudes presentadas fueron rechazadas.
Desde la perspectiva de los gobiernos, estos fondos se consideran un elemento clave para la recuperación económica post-pandemia y para afrontar la competencia de países como China y el liderazgo de EE.UU.
Sin embargo, su implementación en la realidad empresarial ha enfrentado críticas, destacándose las complicaciones burocráticas como un obstáculo importante. El bajo rendimiento observado en el ámbito de las empresas familiares es uno de los pocos datos negativos en el informe anual del IEF, que generalmente refleja optimismo.
En términos generales, los encuestados valoran la economía española con una puntuación de 5,55 en una escala de 0 a 9, superando incluso los niveles previos a la pandemia, y no se registraron cifras tan altas desde 2017. La mayoría de las empresas familiares, un 59%, anticipa un crecimiento moderado en su actividad durante este año, aunque la creación de empleo será limitada. Esta expectativa es un avance con respecto al año anterior, donde el 38% prevé un crecimiento más débil sin aumento en la plantilla, y solo un 3% espera una expansión significativa en ambos aspectos. En cuanto a las ventas, el 60% de las empresas estima que aumentarán, lo que representa un incremento de diez puntos respecto a las proyecciones del año pasado.
En relación a la situación de las plantillas laborales, se observa que un 48% de las empresas las conservará, un 42% planea aumentar el número de empleados –lo que representa un incremento de cinco puntos en comparación con el año anterior– y un 10% prevé llevar a cabo recortes de personal. Al ser consultados sobre los desafíos que enfrenta el sector, los empresarios destacan las modificaciones en la normativa, la escasez de profesionales cualificados y los conflictos geopolíticos como aspectos más preocupantes. La carencia de talento se identifica también como un obstáculo principal para que las empresas puedan modernizarse. Las empresas familiares son responsables del 70% del empleo y del 60% de la economía. El Instituto de Empresa Familiar (IEF) cuenta entre sus miembros con las cien mayores empresas familiares de España y está asociado a 18 organizaciones regionales que representan a 1.800 empresas. Según las últimas cifras divulgadas este lunes, se estima que estas entidades familiares constituyen el 90% del tejido empresarial, generando el 70% de los puestos de trabajo y el 60% del valor añadido bruto.