Funcas ha elevado sus proyecciones para el crecimiento de la economía en España, anticipando un aumento del PIB del 3% para este año, lo que representa cinco décimas más que sus estimaciones anteriores de julio. Aunque esto es un dato favorable, se deben considerar dos aspectos adicionales.
El crecimiento económico se sustenta en un alto gasto público y en las exportaciones de servicios, factores cuya sostenibilidad a largo plazo es incierta. Por otro lado, aunque el consumo privado muestra signos de mejora, aún se mantiene por debajo del ritmo del crecimiento del PIB; además, la inversión sigue siendo un punto débil.
Este estancamiento en la inversión empresarial parece haberse vuelto crónico y representa un riesgo, según el análisis del centro de estudios. Los expertos de Funcas advierten que «existe un déficit crónico en inversión que genera interrogantes sobre la recuperación de la productividad». Las dificultades en la inversión pueden estar ligadas tanto a la incertidumbre en el ámbito geopolítico como a la regulación vigente, según el director de Coyuntura de Funcas durante la presentación de sus previsiones trimestrales. La mejora en las proyecciones de este año a un 3% se atribuye al mejor comportamiento del consumo privado, impulsado por el aumento del empleo y del poder adquisitivo, gracias a los incrementos salariales y a la moderación de la inflación, lo que ha permitido mayor capacidad de gasto. Además, el favorable desempeño de las exportaciones de servicios y la debilidad en las importaciones también han influido en esta revisión. Para el año próximo, se espera un crecimiento revisado al alza del 2,1%, tres décimas más que lo previsto anteriormente, destacándose la mejora de la demanda interna con un consumo privado en crecimiento, mientras que el gasto público se prevé más moderado debido a la nueva normativa fiscal europea que exige un equilibrio en las cuentas.
De cara al año 2025, Funcas indica que será necesario que el gobierno implemente un ajuste extra del 0,5%. Esto equivale a una disminución de 8.000 millones de euros para alcanzar el objetivo de déficit del 2,5% que el Gobierno ha acordado con Bruselas en su plan fiscal estructural. En este contexto, se menciona que, manteniendo la política actual y considerando únicamente las medidas ya adoptadas, el déficit en 2025 alcanzaría el 3%. Para reducir esta cifra en medio punto, será necesario adoptar nuevas medidas, que se consideran viables. Carlos Ocaña, director general de Funcas, subraya que «hay un ajuste necesario, medio punto del PIB, que se puede gestionar… está dentro de las capacidades de las autoridades”. Las acciones pueden desarrollarse tanto en el ámbito del gasto público como en el de impuestos. En lo que respecta a la fiscalidad, Ocaña comentó que se pueden hacer ajustes sin necesidad de aumentar los impuestos, centrándose más bien en las bonificaciones y los tratamientos preferenciales que el sistema español permite, los cuales son más amplios que en otros países.