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¿Qué requieren los jóvenes para alcanzar su bienestar?

Los jóvenes requieren atención especial para mejorar su bienestar emocional. La Fundación «la Caixa» está promoviendo acciones que tratan la salud mental de manera global, con un enfoque particular en la población joven, dado que el 75% de los diagnósticos se presenta antes de cumplir los 25 años.

Este tema ha cobrado relevancia por la creciente preocupación sobre el estado mental de los jóvenes. En Europa, un tercio de esta población enfrenta dificultades emocionales, y las cifras continúan en aumento. A pesar de esta situación, menos del 35% acude a los servicios de salud o sociales para recibir apoyo, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud.

La adolescencia es un periodo crítico, ya que el riesgo de desarrollar trastornos mentales se eleva significativamente, y lamentablemente, el suicidio se ha vuelto una de las principales causas de muerte en este grupo.

Este contexto resalta la necesidad de abordar la salud mental con un enfoque accesible y completo para los jóvenes. Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, se busca aumentar la conciencia sobre esta temática. La Fundación «la Caixa», mediante su Observatorio Social, así como iniciativas como Incorpora y CaixaProinfancia, se esfuerza por afrontar estos retos sociales. Además, la familia juega un papel fundamental en la prevención de los problemas relacionados con la salud mental, actuando como un pilar de apoyo emocional. La doctora Elena Requena, experta en psicología y directora del Grado en Trabajo Social de la Universitat Ramon Llull, destaca la importancia de crear un entorno social adecuado, dado que el 50% de los problemas de salud mental en adultos se origina antes de los 15 años, y el 75% antes de los 18.

Atender adecuadamente la transición de la infancia a la adolescencia es crucial para evitar problemas futuros de salud mental, según un artículo de Caixaproinfancia. Este documento resalta la necesidad de enfocarse en el bienestar emocional de los niños y adolescentes, así como de aumentar recursos para aquellos grupos más desprotegidos. El papel de la familia es esencial en la prevención de estos trastornos. La doctora Requena menciona que su función principal es proporcionar apoyo emocional, lo cual es vital para el desarrollo personal. Un niño que se siente emocionalmente seguro tiende a ser más curioso y se enfrenta con mayor valentía a retos sociales y físicos, mejorando así su capacidad para gestionar desafíos y decepciones.

La Organización Mundial de la Salud también enfatiza la relevancia de establecer un ambiente social que asegure condiciones de vida dignas, como un hogar adecuado y un empleo estable, que son fundamentales para el bienestar emocional. La precariedad no solo se relaciona con el empleo, sino que también incluye la dificultad de mantener un estándar de vida aceptable, lo cual afecta severamente la salud mental de los jóvenes. Más que la falta de un trabajo fijo, la sensación de inseguridad financiera impacta en su bienestar. Aunque no todos los jóvenes experimentan la precariedad de la misma manera, la sensación de inestabilidad es bastante común. Según un informe del Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”, el 31% se encuentra en riesgo de desarrollar depresión o ansiedad, y el 40,6% reporta problemas de salud mental derivados de situaciones económicas adversas. Esta percepción de vulnerabilidad se agrava en quienes no tienen una vivienda estable y entre aquellos grupos en situaciones más desfavorecidas, como migrantes o personas con discapacidad.

Con el fin de impulsar la integración laboral de grupos específicos, la Fundación «la Caixa», mediante sus organizaciones asociadas en la línea Incorpora Salud Mental del programa Incorpora, elabora estrategias adaptadas que contemplan asesoramiento y apoyo a lo largo del proceso de acceso al empleo, así como en la adaptación y sostenimiento posterior en el mismo. En el año 2024, este programa ha brindado atención a 5.300 personas con dificultades de salud mental, logrando alrededor de 2.000 inserciones laborales en 1.200 empresas a nivel nacional. Dentro de la iniciativa A Fondo, impulsada por la Fundación «la Caixa», la periodista Gemma Nierga conversa con Laia Ferrer, psicóloga clínica y coordinadora del Equipo Guía de la Fundación Vidal i Barraquer, quien analiza las razones detrás del incremento de los trastornos de salud mental en los jóvenes y el papel que puede desempeñar la sociedad en ofrecer un apoyo adecuado. Ferrer destaca que «incorporar a las personas con dificultades de salud mental en el ámbito laboral es fundamental para su recuperación, ayudándolas a elevar su autoestima y mejorar su calidad de vida». Además, menciona que los jóvenes que inician su carrera laboral suelen llegar «con gran entusiasmo y motivación extra». Como parte del programa Incorpora de la Fundación «la Caixa», Laia Ferrer enfatiza la relevancia de los proyectos que vinculan las necesidades de las empresas con las habilidades de los jóvenes. Comparte la experiencia de una joven que, gracias al apoyo recibido, pudo optimizar su empleo, hábitos de descanso y conexiones sociales. «El trabajo no solo capacita, también promueve estilos de vida saludables», afirma. Ferrer resalta la energía de los jóvenes en sus primeras experiencias laborales y concluye que es crucial continuar dialogando sobre salud mental y erradicar los prejuicios, lo que favorecerá un futuro más inclusivo para todos.

A pesar de los avances realizados, los estigmas y el temor continúan siendo obstáculos significativos para la inserción de personas con trastornos mentales en el ámbito laboral, resultando en una de las tasas de desempleo más elevadas. Para abordar estas dificultades, los profesionales de Incorpora Salud Mental llevan a cabo un trabajo esencial de concienciación enfocado en las empresas, promoviendo la diversidad en el entorno laboral. Entre las iniciativas para prevenir problemas de salud mental se encuentran el fomento del cuidado familiar y la disminución de la pobreza infantil, la mejora de la seguridad económica a través de condiciones laborales adecuadas, el fortalecimiento de la red comunitaria con acceso a espacios verdes y el desarrollo de programas específicos dirigidos a colectivos en situación de vulnerabilidad, tales como CaixaProinfancia e Incorpora.

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