En primer lugar, Enrico Letta presentó su informe titulado «Mucho más que un mercado», seguido por Mario Draghi, quien abordó el tema de la Competitividad de la UE. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha encargado recientemente otro análisis que complementa estos trabajos, enfocándose en los numerosos retos que enfrenta la Unión Europea.
Aunque no es sencillo aclarar la razón detrás de esta serie de estudios simultáneos, ambos aportan perspectivas valiosas sobre la disminución del papel de la UE frente a potencias como Estados Unidos y China. Uno de los informes se centra en la necesidad de mejorar la integración del mercado interno europeo, mientras que el otro examina las razones del bajo crecimiento del PIB y la productividad en comparación con estas dos naciones.
Además del desafío de aumentar la competitividad económica europea en un contexto que exige consolidación fiscal de ciertos estados miembros, es crucial abordar las cuestiones de seguridad y defensa en el marco de conflictos regionales que están surgiendo. Seguir dependiendo de la protección de Estados Unidos y beneficiarse de la paz actual no parece ser una estrategia sostenible a largo plazo. Por otra parte, el impulso hacia una economía más verde, con la meta de alcanzar cero emisiones, también representa un desafío significativo, en el que la UE debe mantener su liderazgo a nivel global.
En cuanto a la integración, actualmente hay diez países que aspiran a unirse a la Unión, lo que simboliza tanto la fortaleza como la fragilidad de la UE. A pesar de las incertidumbres que la rodean, la Unión Europea continúa siendo un imán atractivo en el ámbito internacional, especialmente para sus vecinos más cercanos. La existencia de estos diez candidatos para unirse es, sin duda, un signo de éxito, pero también revela ciertas debilidades dentro de la estructura de la UE.
La incorporación de naciones con economías menos desarrolladas que las de la Unión Europea incrementa las métricas de desigualdad y frena la convergencia deseada que el marco institucional europeo busca fomentar entre sus integrantes. Además, gestionar una Unión Europea compuesta por 27 países resulta complejo. Los equilibrios existentes entre la Comisión, el Parlamento y el Consejo Europeo, junto con la exigencia de unanimidad para ciertos acuerdos, influyen en el proceso decisional. No obstante, parece evidente que una UE conformada por 37 miembros podría hacer tambalear el actual modelo de gobernanza institucional. Por lo tanto, mejorar la administración de la UE, especialmente en el contexto de expansión, representa un reto adicional para la organización, que ha demostrado su capacidad de reacción eficaz en situaciones críticas, tal como se evidenció con las respuestas a los efectos de la pandemia. Estaremos atentos a las acciones que la nueva Comisión implemente en base a las recomendaciones expuestas en los informes de Letta y Draghi.