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La oferta pública de adquisición y el empleo

A raíz de los reportes de las comisiones nacionales del Mercado de Valores y de Mercados y Competencia, la oferta pública de adquisición (opa) de BBVA sobre Banc Sabadell ha quedado estancada, con ambos actores intentando convencer a las autoridades y a los accionistas.

Los motivos que respaldan esta unión destacan la urgencia de lograr una mayor escala en la economía global. No obstante, Banc Sabadell, después de atravesar sus dificultades más serias, ha demostrado su capacidad para operar de manera independiente, mientras que BBVA ya ocupa una posición prominente entre los bancos europeos.

Además, en el contexto del mercado único que se avecina, es fundamental que las transacciones se realicen entre entidades europeas para incrementar su tamaño, sin reducir el número de bancos en cada nación. Un aspecto importante a considerar es si esta operación permite a BBVA mejorar su balance, que actualmente presenta una alta vulnerabilidad debido a su exposición en mercados volátiles como los de Turquía y México. La fusión entre BBVA y Sabadell se basa, en gran medida, en el uso del ERE tradicional. Entre las críticas a la opa, se menciona que una mayor concentración perjudicaría aún más a los consumidores y a las pequeñas y medianas empresas, que ya sienten la presión de un mercado con características oligopolísticas. Esta falta de competencia se ha intensificado desde la crisis financiera de 2008, que dejó a la mayoría de las cajas de ahorro en la ruina, y podría profundizarse si se reduce el número de grandes bancos en España de cuatro a tres. Asimismo, estos últimos meses, hemos notado la relevancia de que la sede de Banc Sabadell permanezca en Catalunya, una inquietud válida recordando incidentes ocurridos en integraciones anteriores.

Recientemente, BBVA completó la compra de Catalunya Caixa. Aunque se había afirmado que trasladaría parte de su dirección a Barcelona y potenciaría su labor social, en realidad, su papel en la institución resultante se ha reducido a un simple consejo asesor. Un efecto poco mencionado de esta integración podría ser el impacto sobre el empleo, dado que la viabilidad de la fusión podría depender en gran medida del uso del clásico expediente de regulación de empleo (ERE). Este ajuste significativo de personal sería comprensible si alguna de las dos entidades atravesara dificultades económicas inherentes, como ha sucedido en fusiones pasadas, pero resulta ininteligible cuando ambos bancos se encuentran en una etapa de excelentes resultados y distribución de beneficios. Es probable que el ERE no genere una reacción masiva, ya que muchos empleados optarían por su aplicación de manera voluntaria, como ha ocurrido en circunstancias semejantes. Este fenómeno refleja una desconexión emocional y una percepción pesimista sobre el futuro laboral. Tanto la oferta pública de adquisición como la potencial respuesta de los empleados frente al ERE evidencian que hay elementos profundos que provocan distorsiones en nuestro sistema capitalista.

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