El sesenta por ciento de los empresarios del sector de gran consumo manifiestan su inquietud ante la posible pérdida de competitividad que podría derivarse de la aprobación de la reducción de la jornada laboral. Según la encuesta «La voz del gran consumo», que recoge las opiniones de más de 1.200 directivos presentes en el Congreso de AECOC clausurado recientemente en Madrid, los empresarios han expresado su preocupación por esta medida.
Sin embargo, en lo que respecta al empleo, reconocen que su principal desafío (para el ochenta por ciento de ellos) es la dificultad para atraer el talento y los perfiles requeridos, como destacó el presidente de la asociación durante su intervención de cierre.
El informe revela que dos de cada tres empresas del sector anticipan cerrar el presente ejercicio con incrementos en sus ventas en comparación con 2023, mientras que un veinte por ciento estima que sus cifras se mantendrán estables respecto al año anterior. En un entorno marcado por la incertidumbre geopolítica, los participantes del congreso señalaron que la problemática más relevante para sus negocios es la posibilidad de un déficit en las materias primas o complicaciones en el abastecimiento de la cadena de suministro. No obstante, al evaluar el futuro de su actividad, la mayor preocupación radica en la disminución de la rentabilidad.
De acuerdo con la información recopilada en el informe, el presidente de AECOC comunicó que, en relación con regulaciones, el cincuenta por ciento del sector considera prioritario que se brinde atención a las empresas, mientras que el veintitrés por ciento enfatiza la importancia de establecer plazos razonables para la implementación de las medidas. En lo que concierne al desarrollo tecnológico, las empresas han señalado que es crucial mejorar los sistemas de información para optimizar procesos. En cuanto a ciberseguridad, un ochenta y tres por ciento de las empresas ya cuenta con planes de contingencia y recuperación de datos ante posibles ciberataques.
En realidad, más del 51% reconoce que ha experimentado intentos de acceso fraudulento a su información en los últimos tres años.
