España se ha convertido en un destino cada vez más interesante para los extranjeros que buscan adquirir una propiedad, ya sea para residir de manera permanente, tener una segunda vivienda o realizar una inversión. De acuerdo con el Colegio de Registradores, alrededor del 15% de las transacciones registradas en el segundo trimestre de 2024 correspondieron a compradores no españoles, un aumento con respecto al 10% reportado hace tres años.
Los extranjeros que desean comprar una casa en España tienen dos opciones: financiarla completamente en efectivo o solicitar una hipoteca a una entidad bancaria local. Pero, ¿quiénes pueden acceder a un préstamo hipotecario en el país? Según HelpMyCash.com, para obtener una hipoteca como no residente, es necesario proceder de un país que sea aceptado por los bancos, tener un capital ahorrado considerable y una situación laboral estable.
Preferencia por economías fuertes
Los expertos de HelpMyCash.com indican que las entidades bancarias en España no otorgan hipotecas a personas de todos los países. Suelen tener una visión más favorable hacia quienes provienen de países de la Unión Europea o de naciones con economías sólidas y su propia moneda fuerte, como es el caso del Reino Unido, Suiza, Andorra, Estados Unidos y Canadá.
Por otro lado, las entidades financieras tienden a rechazar las solicitudes de aquellos provenientes de naciones con economías inestables que manejan monedas fluctuantes, ya que consideran que el riesgo de impagos es considerablemente alto. Además, evitan conceder hipotecas a personas que residen en áreas con conflictos geopolíticos, como Rusia, Irán y China, o aquellos en jurisdicciones clasificadas como paraísos fiscales. Esto significa que es fundamental tener ahorros y un ingreso adecuado para facilitar el proceso de aprobación de la hipoteca.
Un elemento crucial que los bancos consideran, de acuerdo con HelpMyCash, es el monto de ahorro disponible. Generalmente, una persona en España puede obtener una hipoteca que cubra hasta el 80% del valor de la vivienda, lo que significa que necesitará financiar el 20% restante, además de cubrir los gastos asociados a la compra. Por otro lado, para quienes no son residentes, esta financiación se limita entre el 60% y el 70%, incrementando así la cantidad de dinero que deben tener ahorrado para completar la transacción.
Además, es fundamental contar con una situación laboral considerada estable para que la entidad financiera apruebe la solicitud de préstamo. También es vital que los ingresos sean suficientes para cubrir las cuotas del préstamo; en general, los bancos en España solo permiten que la suma de las mensualidades (incluyendo otras deudas) represente un máximo del 30% de los ingresos del solicitante. Por esta razón, se aconseja utilizar una calculadora de hipotecas para asegurarse de que el nivel de endeudamiento no sobrepase este límite.
Asesoría recomendable
Por último, HelpMyCash indica que un extranjero interesado en obtener una hipoteca para residentes no debe olvidar aportar ciertos documentos al banco, como el NIE, el contrato laboral, la declaración de la renta, y detalles sobre sus activos y deudas. Si los documentos están en un idioma diferente al español, serán necesarios traducirlos mediante un intérprete jurado que esté reconocido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Dado que el proceso de solicitud puede ser complicado, varias entidades bancarias tienen áreas especializadas para atender a extranjeros que buscan adquirir una vivienda en España. Instituciones como Banco Santander, CaixaBank y Banco Sabadell ofrecen asesoramiento personalizado a estos clientes y se esfuerzan por comunicarse en su idioma.
Igual que en otros ámbitos, hay brókers hipotecarios que se especializan en encontrar opciones de hipoteca para aquellos que no residen en el país. Estos expertos no solo brindan asesoramiento, sino que también se encargan de negociar con diferentes bancos a fin de obtener las condiciones más favorables para sus clientes. Este tipo de servicio puede resultar particularmente beneficioso, dado que, generalmente, las entidades bancarias suelen ofrecer tasas de interés menos favorables a los extranjeros en comparación con los residentes locales.
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