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La empresa emergente lerolero está transformando el sector de la moda para niños a través de un modelo de suscripción que no requiere compromiso a largo plazo

La empresa emergente Lerolero, respaldada por el programa Reimagine Textile del TecnoCampus en Mataró, está revolucionando el sector de la moda infantil con un modelo de alquiler que no impone compromiso a largo plazo. Este enfoque se fundamenta en principios de sostenibilidad y economía circular, sin perder de vista la comodidad para los padres.

Carlos Cebrián, el creador de Lerolero, concibió la idea tras observar, como padre de dos pequeños, que la ropa a menudo parecía como nueva debido a su rápido crecimiento. “Una vez compramos un abrigo en septiembre y cuando llegó el momento de usarlo, ya le quedaba pequeño”, comenta Cebrián, cuyas vivencias son comunes entre muchas familias con niños.

Este emprendedor presentó su proyecto al Programa de Alto Rendimiento de Reimagine Textile, promovido por el Ayuntamiento, el TecnoCampus y Eurecat, lo que le permitió obtener el apoyo necesario para su implementación. Su iniciativa fue elegida entre más de un centenar de propuestas por su innovación. Lerolero brinda a las familias la oportunidad de acceder a un “armario circular” que se ajusta al crecimiento de los niños hasta los tres años. A través de este servicio, los padres reciben de 5 a 10 prendas seleccionadas, las cuales pueden cambiar a medida que los pequeños crecen, garantizando que la ropa permanezca en circulación el mayor tiempo posible. Las prendas no son de segunda mano, sino de alta calidad, producidas por marcas locales o con responsabilidad social. “Nos enfocamos en ofrecer ropa de calidad y estilo, con un impacto positivo”, afirma Cebrián.

Lerolero presenta tres opciones de suscripción diseñadas para adaptarse a las distintas necesidades de las familias. El plan “Easy Loop” proporciona cinco prendas sorpresas por un costo mensual de 39 euros. Por otro lado, el plan “Bento” ofrece siete prendas por 49 euros al mes, y el “Big Wardrobe” incluye diez prendas por 65 euros mensualmente. Esta variedad de planes facilita la adaptación de la vestimenta a medida que crecen los niños, al mismo tiempo que se promueven prácticas de consumo responsables en un sector, el textil, que tiene un alto impacto ambiental.

El enfoque de negocio de Lerolero se centra en disminuir tanto la huella hídrica relacionada con la moda infantil como la generación de desechos textiles, dado que privilegia la reutilización de prendas en lugar de crear nuevas. Gracias a esta estrategia, se logra conservar hasta 2.700 litros de agua por cada prenda que se reutiliza, prolongando así la duración de cada pieza. Esta propuesta se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente aquellos que abogan por un consumo y producción responsables.

Carlos Cebrián, fundador de Lerolero, expone: “Buscamos facilitar la vida de las familias al mismo tiempo que incentivamos prácticas de consumo más sostenibles». Además, menciona que “la moda infantil suele generar una cantidad considerable de residuos textiles y recursos. Con nuestro modelo, proporcionamos una alternativa económica y responsable para que los niños se vistan con ropa de alta calidad”.

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