Alicante, según los últimos Presupuestos Generales del Estado, que ahora están prorrogados, se encuentra en la última posición del ranking nacional en inversiones por habitante y también es la provincia con mayor desigualdad. Un estudio presentado recientemente por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas revela que el mapa de la Comunidad Valenciana destaca niveles elevados de desigualdad y pobreza, específicamente en el sur de la región.
La investigación titulada «Distribución geográfica de la renta de los hogares en España: prosperidad, desigualdad y pobreza» analiza y compara los datos entre comunidades autónomas, provincias y municipios de mayor tamaño. Dentro de la Comunidad Valenciana, las áreas con menos oportunidades económicas mayormente se localizan en Alicante.
En este sentido, Torrevieja se encuentra en la peor situación, seguida por Elda, Benidorm, Orihuela y Elche. Por otro lado, Alcoi, Sant Vicent del Raspeig y Alicante mejoran ligeramente la posición de la provincia.
A pesar de que València mostró los niveles de renta más altos entre 2015 y 2021, le siguen Castelló de la Plana y Vila-real. Además, municipios como Paterna, que ha sido identificado como un eje industrial clave en la Comunidad Valenciana, Sagunt y Torrent completan la lista de las mejores localidades en términos de oportunidades económicas.
En relación con los registros de rentas en la Comunidad Valenciana, las provincias de Valencia y Castellón ocupan las posiciones 25 y 26 en términos de oportunidades de renta, mientras que Alicante se queda con el antepenúltimo lugar, superando solo a Almería y Badajoz. En cuanto a los porcentajes de pobreza extrema, Alicante ocupa el tercer lugar, solo detrás de Almería y Granada.
A nivel local, el estudio también analiza el bienestar comparando las ciudades según su población, y los resultados no favorecen al sur de Valencia. Al examinar factores como oportunidades económicas, desigualdad, pobreza relativa y pobreza extrema, se establece un índice que organiza las capitales por su tamaño. En este contexto, València se sitúa en el tercer lugar junto a Madrid. Por otro lado, Alicante ocupa la última posición entre las ciudades con entre 300.000 y 500.000 habitantes, mientras que Castelló de la Plana se halla en el noveno puesto, empatando con Albacete dentro del grupo de ciudades de 150.000 a 300.000 habitantes. Según el Ivie, la Comunidad Valenciana tiene un desempeño intermedio en las variables estudiadas; no obstante, València y Castellón se mantienen en esta misma línea, a diferencia de Alicante, que siempre queda en la categoría más baja. Los autores Carmen Herrero y Carlos Albert mencionan que una «excesiva dependencia» del turismo de baja calidad podría ser una de las razones detrás de estos resultados. Asimismo, Alicante se encuentra entre las primeras ciudades en el índice de desigualdad de ingresos, medido por la relación P80/P20, que compara la renta promedio del 20% más rico con el 20% más pobre. Madrid ocupa el primer lugar en este aspecto, seguido por Granada, Málaga, Santa Cruz de Tenerife y Alicante, mientras que València y Castellón se encuentran en la parte intermedia de la tabla. Los investigadores reiteran que una «excesiva dependencia» del turismo podría influir en estos resultados.
A partir de un análisis por comunidades autónomas, se evidencia que la Comunidad Valenciana no se encuentra en una posición favorable a nivel nacional. Las regiones con mejores índices de bienestar son el País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña, mientras que en el otro extremo se sitúan Extremadura, Andalucía, Murcia, Canarias y Castilla-La. En este contexto, la Comunidad Valenciana rankea entre las inferiores, ocupando el sexto lugar por la cola, con casi cuarenta puntos menos en comparación con la región más próspera, que es el País Vasco. El estudio indica que desde 2015, la pobreza relativa ha disminuido en casi tres puntos porcentuales en España, alcanzando un 19,6% en 2021, mientras que la pobreza extrema ha registrado una caída mayor de más de tres puntos. No obstante, en cuanto a grupos de edad, los niños y jóvenes de hasta 18 años continúan siendo los más afectados, con un 27,1% viviendo en condiciones de pobreza relativa, aunque este porcentaje ha disminuido en 4,5 puntos desde 2015, cuando era del 31,6%.