La espiral inflacionaria de la cesta de la compra parece estar llegando a su fin. En septiembre, el aumento de los precios de los alimentos se ha desacelerado en siete décimas, situándose en un 1,8% en comparación con el año anterior, lo que representa el nivel más bajo desde octubre de 2021, es decir, casi tres años.
Esto indica que los precios de los alimentos se están alineando gradualmente con el índice general de inflación, que se ha moderado en ocho décimas, quedando en un 1,5% este mes. Esta cifra coincide con el dato preliminar publicado por el INE hace un par de semanas, que está medio punto por debajo de la meta del BCE, y se ha logrado en parte gracias a la caída en el costo de la gasolina, así como al desempeño positivo de los precios de los alimentos y la electricidad.
Desde 2022, la cesta de la compra ha afectado severamente a los hogares con menos recursos, comenzando este año con un aumento del 7,4% que ha ido reduciéndose de manera continua, con solo un ligero aumento en abril. Los precios alcanzaron su punto máximo en febrero de 2023, alcanzando un 16,6%, una cifra muy alta que marca el ciclo inflacionario de los alimentos, el cual ahora, después de un año y medio, parece estar concluyendo. En septiembre, los productos que más crecieron en precio incluyen el chocolate, con un incremento del 20,7%; los zumos de frutas y vegetales (16,2%), el cacao y chocolate en polvo (12%), carne de ovino y caprino (11,2%), aceite de oliva (10,3%) y patatas (8,9%). Cabe destacar el aceite de oliva, que ha sido el alimento que más ha subido durante este periodo de inflación, y aunque todavía se sitúa en un alto 10,3%, ha sufrido una disminución constante desde que en marzo su precio se disparó un 70%.
Asimismo, al analizar la variación mensual con respecto al mes previo, se observa una caída continua durante cinco meses, registrando en septiembre un descenso del -2,9%. En referencia al índice de precios al consumidor (IPC) general, se confirma la cifra preliminar, indicando una desaceleración hasta el 1,5%. Hace un par de semanas, este dato sorprendió a los analistas económicos, quienes anticipaban una disminución, aunque no tan pronunciada. Es importante señalar que esta cifra del 1,5% no se mantendrá, y se prevé un aumento gradual en octubre debido al incremento del IVA aplicable a los alimentos, así como para noviembre y diciembre por el efecto base al compararlo con los mismos meses del año precedente. No obstante, los índices actuales son significativamente diferentes a los de la crisis, por lo que la media anual podría situarse alrededor del 3%. Además, se confirma la desaceleración de la inflación subyacente, la cual se sitúa tres décimas por debajo de la cifra anterior, alcanzando el 2,4%. Este indicador, que excluye precios de energía y alimentos frescos, es considerado altamente fiable para captar las tendencias inflacionistas subyacentes. Podría sugerir que finalmente el sector servicios, que ha sido el más resistente a la contención de precios, podría estar comenzando a mostrar signos de moderación. Desde el Ministerio de Economía destacan que esta disminución constante de la inflación evidencia la capacidad de la economía española para mantener un crecimiento robusto en comparación con las principales economías de la zona euro, al mismo tiempo que se moderan los precios.