Este martes, el precio del petróleo experimentaba descensos de hasta el 5%, tras surgir informaciones de que Israel estaría considerando no atacar las instalaciones petroleras y energéticas de Irán en respuesta a los misiles que la república islámica lanzó sobre su suelo a principios de mes.
Además, las expectativas de demanda se están moderando, lo que proporciona un alivio adicional al mercado del crudo. El valor del barril de Brent, que sirve como referencia en Europa, caía alrededor de un 5%, situándose por debajo de los 74 dólares.
En tanto, el barril WTI, que se refiere al mercado americano, se mantenía ligeramente por encima de los 70 dólares después de experimentar una disminución similar al inicio de la jornada.
Según información del Washington Post, el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, podría optar por evitar ataques a las instalaciones nucleares y energéticas de Teherán con el objetivo de prevenir una posible escalada del conflicto. Además, las autoridades estarían considerando las advertencias de Estados Unidos en torno a un ataque a los puntos energéticos iraníes. La oficina de Netanyahu, en un comunicado, afirmó: «Nuestras decisiones finales se tomarán con base en nuestros intereses nacionales». Esta posibilidad de que Israel eluda atacar las infraestructuras de petróleo ha disminuido las inquietudes sobre una interrupción significativa en el suministro, dado que Irán es un importante exportador de crudo y forma parte de la OPEP.
Netanyahu también habría indicado a la administración de Biden su disposición a atacar instalaciones militares en lugar de objetivos petroleros o nucleares, según reportes del Washington Post. Esta probable acción había llevado a que los precios alcanzaran casi los 80 dólares en semanas anteriores. Por otro lado, mientras se desvanecen los peores pronósticos en el ámbito geopolítico, la Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé una desaceleración en la demanda de petróleo para los años 2024 y 2025, ajustando así sus proyecciones de consumo de crudo para el presente y el próximo año.
Se estima que en 2024 se alcanzarán los 82,8 millones de barriles diarios, lo que implica una disminución de 180.000 barriles respecto a la proyección anterior, mientras que para el 2025 se anticipa una cifra de 83,4 millones, un descenso de 210.000 barriles. La Agencia Internacional de Energía (AIE) indica que, hasta el momento, la oferta continúa estable y, a menos que ocurra una gran interrupción, el mercado experimentará un notable exceso de suministro en el próximo año. En el informe divulgado esta semana, las cifras han sido ajustadas, principalmente debido a la contracción en China, que no ha tenido el repunte económico y los estímulos necesarios que se habían previsto. Aunque la demanda mostrará un crecimiento, este será inferior a lo proyectado anteriormente. Para 2024, se espera un aumento de 900.000 barriles diarios, seguido de un incremento de un millón para 2025. Estos datos reflejan una «marcada desaceleración» en comparación con el crecimiento de 2 millones de barriles observado en los dos años previos.
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