Este domingo, Madrid fue escenario de una multitudinaria manifestación donde miles de personas exigieron el derecho a una vivienda digna y asequible para todos. La mayoría de los asistentes eran jóvenes en sus veintes y treintas, así como muchas mujeres, quienes se unieron bajo el lema “se acabó, bajemos los alquileres”, reflejando un descontento creciente que ya se hace evidente en diversas encuestas.
Esta fue la primera gran protesta en la calle relacionada con la crisis habitacional en la capital.
Con una afluencia estimada en 22.000 personas, de acuerdo a la Delegación del Gobierno en Madrid, el descontento social parece abarcar diferentes sectores.
Mientras turistas recorrían el Museo del Prado, donde recientemente se llevó a cabo un desfile militar el día 12, este 13 de octubre fue el turno de los ciudadanos preocupados por la complicada situación de la vivienda. A pesar de que los jóvenes, los inmigrantes y quienes tienen menos recursos son los más afectados, la manifestación que transcurrió desde Atocha a Callao también contó con la presencia de personas mayores.
Entre los testimonios, María Teresa expresó su inquietud por el futuro de su hija, quien, aunque tiene trabajo, sigue dependiendo del hogar de sus padres debido a la imposibilidad de pagar un alquiler en la ciudad. Otra manifestante, Clara, que también tiene un departamento en alquiler, manifestó su preocupación al observar cómo su círculo social envejece sin poder acceder a una vivienda adecuada.
La gran mayoría de las demandas se centraron en la problemática de encontrar un hogar adecuado a un costo accesible. Frases como «la vivienda es un derecho» o «derecho a tener un techo» resonaron con fuerza entre los asistentes. El uso de la primera persona del plural evidenció que se trata de un desafío colectivo, que afecta tanto a quienes lo viven en su día a día como a sus allegados.
Si durante la crisis de la vivienda que comenzó en 2008 la preocupación era la burbuja inmobiliaria, actualmente las críticas de los manifestantes se dirigen hacia la falta de soluciones efectivas. Sienten que las medidas propuestas por las diversas administraciones—ya sean nacionales, regionales o locales—no generan un impacto real en sus vidas. Jóvenes que se congregaron hoy en las calles de Madrid expresaron que están siendo testigos de una sociedad polarizada: por un lado, aquellos que acceden a una vivienda gracias al apoyo de sus familias o a herencias y, por otro, quienes se ven imposibilitados de lograrlo y no tienen esperanzas de mejorar su situación en el futuro cercano. Cada mes observan cómo los precios en el mercado aumentan en la capital, lo que refuerza su sensación de estancamiento. Un punto común mencionado este domingo es que la única alternativa que vislumbran es mudarse lejos de sus lugares de trabajo o estudio. Tener un ingreso mensual, incluso si es medio o alto, no garantiza la posibilidad de acceder a una vivienda adecuada.
En la manifestación en Madrid, el ambiente de desánimo ha sido palpable. “Salimos a protestar, ¿y para qué?”, se cuestionaba Carlos, reflejando un sentimiento compartido por muchos. Por este motivo, la mayoría de las pancartas, muchas de ellas elaboradas a mano, llevaban el mensaje “la vivienda es un derecho, no un negocio”. Las demandas de los asistentes abarcaron una variedad de propuestas, desde reclamar la ocupación de viviendas vacías de los bancos hasta limitar los alquileres al 30% del ingreso del arrendatario, tal como sugiere la ONU. También hubo fuertes críticas hacia la nueva ley de Vivienda que ha implementado Catalunya, la cual busca regular los alquileres, aunque su efectividad aún es incierta, y se mencionó la posibilidad de llevar a cabo una huelga en el pago de rentas.
Cuarenta organizaciones convocaron la manifestación, encabezadas por el Sindicato de Inquilinas de Madrid. Durante la marcha, se pudo observar la presencia de la ministra Sira Rego, así como de gran parte de la Ejecutiva de Sumar y líderes de Podemos. El PSOE estuvo representado por la exministra Reyes Maroto, actual concejal del Ayuntamiento de Madrid.
El asunto de la vivienda en Madrid no se limita solo a la capital. Otras áreas de la comunidad autónoma enfrentan igualmente precios muy elevados. En la manifestación de este domingo, se unieron ciudadanos de localidades como Fuenlabrada, Parla, Alcorcón y Móstoles, expresando su rechazo a las políticas de vivienda de los gobiernos de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. Un grupo de manifestantes intentó acceder a un local en la azotea del edificio donde se encuentra la alcaldía para desplegar una enorme pancarta, aunque no lograron concretar su objetivo.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) expresó su descontento hacia Pedro Sánchez, Yolanda Díaz e Isabel Rodríguez, la ministra. La solicitud de apoyo a los propietarios aún resuena. También se mencionaron a los “fondos buitre”, Idealista y entidades bancarias.
Recientemente, el Paseo del Prado fue escenario de una significativa movilización de agricultores, donde se utilizaron tractores y otros vehículos pesados, adentrándose en un discurso más político justo antes de las elecciones europeas. Durante el evento, se subrayó que tanto las ciudades como los pueblos “deben ser para los habitantes, no para el lucro”, un mensaje repetido en varios puntos del trayecto. La esperanza de quienes participaron es que esta chispa social fomente la acción de los gobiernos, instándolos a tomar medidas urgentes en sus respectivas áreas. Sin embargo, muchos reconocen que no hay soluciones mágicas frente a la crisis de la vivienda.