El sector inmobiliario ha comenzado a prestar atención a los adultos mayores. Generalmente, las personas de la tercera edad ven sus hogares, que han adquirido con tanto esfuerzo, como su refugio ideal para disfrutar de su retiro. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un grupo de jubilados que, por diversas razones, elige residir en comunidades; ya sea en un apartamento propio o alquilado, pero compartiendo su rutina diaria con otros en su misma situación.
Este fenómeno se conoce como ‘senior living’, el cual ha atraído significativas inversiones. Actualmente, hay 17 iniciativas a lo largo del país que ofrecen cerca de 1.900 plazas. Las proyecciones, considerando el cambio demográfico, indican que el sector podría alcanzar las 280.000 unidades en los próximos años, según lo sugiere CBRE.
En España, el 20,1% de la población tiene más de 65 años, lo que equivale a 9,7 millones de individuos. Para el 2037, se estima que esta cifra superará el 25% y para el 2053 podría representar un tercio del total. Por lo tanto, la economía de los cuidados será crucial, y es por ello que importantes fondos de inversión han estado invirtiendo en residencias. El ‘senior living’ representa una alternativa intermedia. “Este tipo de vivienda está dirigido a aquellas personas que pueden valerse por sí mismas y no requieren asistencia constante. Se trata de residencias no medicalizadas donde los residentes prefieren convivir con otros de su misma edad y circunstancias”, comenta Laura Díaz, directora de Healthcare de Colliers.
Los complejos residenciales también brindan servicios opcionales como comida, limpieza y rehabilitación. Vivir en uno de estos lugares tiene un costo aproximado de 2.000 euros mensuales. “Esa sería la tarifa base; los servicios adicionales de comedor, limpieza o rehabilitación se suman a ese monto”, menciona Díaz. En comparación, la tarifa promedio en residencias para personas mayores es de 3.000 euros, lo que indica que estos complejos son más accesibles y permiten mayor flexibilidad para gastos adicionales.
La mayoría de las opciones de ‘senior living’ están enfocadas en el alquiler de apartamentos. Aunque en sus inicios se desarrollaron proyectos en forma de venta o usufructo, actualmente, el arrendamiento es la opción predominante. Algunos complejos incluso incluyen en sus contratos la obligación de pasar un chequeo médico anual para poder continuar viviendo allí. “Hay residentes que prefieren no convivir con aquellos que ya no pueden cuidar de sí mismos”, señala una especialista de Colliers.
En la actualidad, existen alrededor de seis operadores de ‘senior living’ en España. Azora, un fondo de inversión, es el principal actor en este sector, ofreciendo 5.270 camas en diversas ubicaciones del país. Sus instalaciones más destacadas se encuentran en Benidorm, un popular destino de jubilación para muchas personas mayores, conocido como Ciudad Patricia. También tienen un complejo en A Coruña y están desarrollando un nuevo proyecto en Pozuelo de Alarcón, cerca de Madrid.
Un operador destacado en el ámbito del ‘senior living’ es Layetana, que ofrece esta modalidad en Barcelona y Madrid. Hay diversas alternativas de alojamiento disponibles, ya sea en zonas costeras o urbanas. En la costa, resalta Forum Mare Nostrum en la Comunidad Valenciana y The Flag en Málaga. Los fondos de inversión están comenzando a tomar posiciones en el sector, y algunos proyectos han cambiado de manos en un lapso corto. Colliers prevé que en los próximos años se invertirá alrededor de 3.000 millones en ‘senior living’. Además, se están estableciendo colaboraciones entre grandes empresas, como la alianza entre Aedas y Octopus, que implica 500 millones, y otras donde destacan Neinor, Caser, Banca March y ASG Homes.
A pesar de contar con estas iniciativas en España, el sector del ‘senior living’ se considera aún incipiente. En comparación, Estados Unidos y el Reino Unido han desarrollado considerablemente este tipo de vivienda. Según Colliers, las condiciones climáticas de la Península Ibérica llevan a algunos inversores a considerar a España como una posible Florida europea para el retiro de muchos ciudadanos europeos.
Para satisfacer la demanda en los próximos años, se estima que España necesitaría alrededor de 280.000 hogares de este tipo. David Calzada, socio de auditoría en Grant Thornton y especialista en el sector inmobiliario, destaca que el envejecimiento de la población española es notable, siendo la segunda más envejecida del mundo, solo detrás de Japón. Subraya la importancia de planificar para el futuro de los seniors, ya que en poco tiempo millones de personas estarán jubiladas, en buena forma física y con la necesidad de socializar.
De acuerdo con CBRE, el mercado de ‘senior living’ se perfila como uno de los segmentos inmobiliarios con mayor potencial de crecimiento en los próximos años. Para satisfacer la creciente necesidad, la consultoría estima que se deberán crear aproximadamente 280.000 unidades. Asimismo, la empresa sugiere que una alianza entre el sector público y privado podría ser clave para impulsar este ámbito inmobiliario, lo cual podría contribuir a mitigar el desafío habitacional en áreas con alta demanda. Si una persona o familia opta por mudarse a estas viviendas, el hogar que dejen libre, ya sea a través de una venta o alquiler, podría incrementar la limitada oferta disponible.