Tras año y medio de actividad, Vera ha decidido modificar su enfoque para consolidarse como una teleoperadora clave en Catalunya. La empresa, ubicada en Gurb (Osona), ha dejado de lado el proyecto de inversión de 60 millones de euros que había presentado el año anterior, cuya meta era establecer una red de fibra óptica propia en toda la región.
“Nos hemos dado cuenta de que el plan carecía de lógica, ya que el 95% del territorio está servido por diferentes redes de fibra óptica. En el momento en que contemos con una base sólida de clientes, será el momento adecuado para invertir en infraestructura propia, pero por ahora, nos conformamos con utilizar las redes existentes”, explica Jordi Compte, el director general de la firma, quien trabaja junto al CEO, Marc Mundó.
Con este objetivo en mente, Vera ha firmado un acuerdo con Bluevía, un proveedor de fibra óptica de Telefónica, lo que le permitirá acceder a su infraestructura y ofrecer servicios a clientes en toda la comunidad. “Nuestro propósito es brindar un servicio catalán y alternativo a las grandes empresas de telecomunicaciones, manteniendo un compromiso con la calidad de la conexión y con el desarrollo local”, indica Compte, quien dirige un equipo de 180 empleados en las oficinas de Manresa, Igualada y Mataró. La empresa espera generar ingresos de 37 millones de euros en el presente año.
Es importante señalar que esta colaboración con Telefónica no será aplicable en las 13 comarcas donde Vera ya dispone de una red. “Estamos activos en 220 municipios de la Catalunya Central, Gironès, Vallès Oriental y Maresme”, añade Compte, recordando que esta infraestructura es resultado del esfuerzo conjunto de las teleoperadoras Goufone, Iguana y Soom, que se fusionaron el año pasado para dar origen a Vera.
Este nuevo enfoque implica dedicar recursos a mejorar la calidad de su infraestructura, lo que permitirá ofrecer a los usuarios conexiones de 5G y velocidades de hasta 10 Gigabits. Ayer, Vera comunicó una inversión de 3,5 millones de euros destinada a implementar 5G en áreas rurales de la provincia de Barcelona, como parte de un proyecto promovido por el Ministerio de Economía. Además, está planeando invertir otros dos millones para aumentar la capacidad de su red de fibra óptica hasta alcanzar los 10 Gigabits. El ejecutivo destaca: “Tenemos los recursos necesarios para seguir elevando la calidad del servicio tanto para particulares como para empresas. El negocio resulta rentable, obteniendo el año pasado entre cuatro y cinco millones de beneficios netos”. Por ello, los seis propietarios –Marc Mundó, Albert Boix, Joan Gaudes, Aleix Solé, Eduard Duran y Josep Maria Riera– han decidido no buscar socios financieros. El negocio sigue en crecimiento, y Vera anticipa unos ingresos de 37 millones para este año, superando los 36 millones del 2023, con la meta de llegar a 40 millones en 2025.