Las declaraciones del presidente estadounidense, Joe Biden, acerca de un posible ataque a las reservas petroleras de Irán han provocado un aumento significativo en los precios del petróleo, marcando la mayor alza semanal desde comienzos de 2023. Específicamente, el crudo Brent, que sirve como referencia en Europa, experimentó un incremento del 9%, alcanzando los 78,5 dólares por barril, mientras que el WTI de Texas registró un aumento del 9,5%, situándose en 74,6 dólares por barril.
A pesar de la escalada de tensiones en la región de Oriente Medio, la respuesta del mercado ha sido relativamente mesurada; el precio no ha excedido los 80 dólares y el aumento más notable ocurrió el jueves, en respuesta a las afirmaciones del presidente.
En comparación, el incremento del viernes fue mínimo, superando apenas el 1%.
Mariano Marzo, profesor emérito de la UB, indica que «el mercado está actualmente equilibrado y permanece a la espera de cómo se desarrolle la situación del conflicto». La demanda global de crudo sigue siendo débil, especialmente por la situación económica de China, donde el gobierno ha lanzado un plan para estimular el crecimiento. Además, la oferta de petróleo es abundante; por este motivo, la OPEP+ tomó la decisión en septiembre de posponer durante dos meses el incremento en la producción que tenían pautado para octubre, con el fin de frenar la caída del valor del crudo. Tanto Estados Unidos como Canadá están aumentando su producción, y Libia también ha comenzado a incrementar la suya.
Un factor adicional que podría estar limitando un aumento más abrupto en el precio del petróleo es el contexto electoral en Estados Unidos, que se avecina.
Según Antonio Aceituno, director de la consultoría Tempos Energía, «el gobierno estadounidense busca evitar que el costo del petróleo se dispare antes de las elecciones». Añade que, «a pesar de todo esto, el mercado se muestra escéptico ante las afirmaciones de Biden; si existiera confianza, ya habríamos visto que el Brent superara los 90 dólares por barril». De continuar esta tendencia al alza, hay un peligro real de que Irán decida cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula el 25% del petróleo refinado del mundo y el 20% del gas licuado. En tal situación, Mariano Marzo sugiere que hay opciones para mitigar las consecuencias de una acción así. Países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes e Irak podrían utilizar oleoductos que los conectan a Turquía, el Mar Rojo y el golfo de Omán, para trasladar parte de su petróleo, lo que podría permitir salvar la mitad de su producción. Por el momento, el mercado está en estado de expectativa, esperando que no suceda un evento de este tipo.
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