En los últimos cuatro años y medio, los precios de los alimentos han experimentado un aumento significativo, siendo el principal impulsor de la inflación en este periodo. Desde diciembre de 2019 hasta agosto de 2024, los costos de los comestibles han subido un 30,7%, más de 10 puntos sobre el incremento en energía (20%) y cerca de 13 puntos por encima del IPC (17,9%), según el informe del sector agroalimentario de Caixabank Research.
Las dificultades causadas por la pandemia y, posteriormente, la invasión de Ucrania han obligado a los consumidores a destinar más recursos a su cesta de la compra. En 2019, el gasto en alimentación representaba el 14,9% del total, mientras que en 2023 ascendió al 17,1%, sin cambios significativos en el sector de la restauración.
Por otro lado, el estudio indica que los consumidores han disminuido sus gastos en otros ámbitos, como transporte, comunicaciones, vestimenta y artículos del hogar. Se prevé una estabilización de los precios, en la medida en que los costos de producción tiendan a bajar, aunque la variación de precios entre los alimentos es bastante diversa. A agosto de 2024, un 9,5% de los productos alimentarios todavía presentaba una inflación superior al 10%, como es el caso del aceite de oliva y las patatas, mientras que un 24% de estos productos ya mostraba caídas en sus precios interanuales. Este escenario se da en medio de una reactivación en el sector agroalimentario, donde las condiciones en el campo están mejorando, superando los efectos de los altos costos de producción y la sequía, con un crecimiento del 7,6% en el primer semestre del año.
A pesar de que algunos cultivos todavía enfrentan problemas debido a la escasez de agua, se empieza a notar una mejora general y la actividad crece a un ritmo más acelerado que la economía en su conjunto, según revela el estudio. El sector primario muestra signos de recuperación. Desde que el sector primario alcanzó su punto más bajo a finales de 2022, ha registrado un aumento del 20%, aunque el Valor Añadido Bruto (VAB) sigue estando un 6,2% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. Por otro lado, la economía española en su totalidad se sitúa un 5,7% por encima de esa referencia. Sin embargo, Judit Montoriol, economista de CaixaBank Research, destacó durante la presentación del informe que «la tendencia indica reactivación y recuperación». El valor de la producción agrícola también creció un 4% el año pasado, impulsado en gran parte por un aumento de precios del 13,1%, que compensó una caída del volumen de producción del 8%. Esta mejora en la producción ha permitido que las exportaciones aumenten un 3% en términos de volumen anual, tras dos años de descenso.