Una huelga sin precedentes está ocurriendo entre los estibadores en Estados Unidos. Este martes, a la medianoche, los trabajadores de los 14 puertos más importantes de la costa este, incluyendo ciudades como Nueva York, Boston, Miami y Filadelfia, han detenido sus labores en un esfuerzo por obtener un aumento salarial más significativo.
Esta es la primera vez que se lleva a cabo una acción de este tipo desde 1977, y podría afectar seriamente el comercio en todo el país justo antes del Black Friday y la temporada navideña. La administración estadounidense está observando atentamente la situación y hace un llamado a mantener la comunicación.
Los intentos de negociación de última hora para evitar la huelga no tuvieron éxito. Aunque comenzaron en mayo y se centraron en el salario y la automatización, estas conversaciones se hallan en un punto muerto, especialmente tras la expiración del convenio anterior el 30 de septiembre. La Asociación de Empresas Portuarias, USMX, había incrementado su propuesta de un aumento salarial del 40% a uno del 50% durante un período de seis años. En contraposición, el sindicato ILA exige un aumento del 77%, junto con mejoras en jubilaciones y seguros médicos, asegurando que continuará luchando el tiempo que sea necesario.
Después de rechazar lo que consideraron una oferta inadecuada, los estibadores han comenzado la huelga justo al vencimiento del acuerdo previo, a la medianoche, el cual abarcaba a 25,000 de los 85,000 empleados totales. Esta manifestación impacta a 36 puertos de la costa este y el Golfo de México. Por otro lado, un acuerdo ya establecido en el oeste en 2023 limita la posibilidad de huelgas en esa región, impidiendo que se unan a esta protesta.
Aunque se prevé un impacto en el comercio, el movimiento de hidrocarburos, productos agrícolas y cruceros no debería verse tan comprometido. Cada día de paro tendría un costo estimado de entre 3.800 y 4.500 millones de dólares, de acuerdo con los análisis de JP Morgan. Además, esto podría influir en las compras navideñas, las vacaciones y la inflación.
El sector automotor será uno de los más perjudicados, ya que los puertos de Baltimore y Georgia son cruciales para la llegada de repuestos y la salida de vehículos finalizarizados. En el puerto de Nueva York, hay alrededor de 100.000 contenedores a la espera de ser descargados y unas 35 embarcaciones en ruta, según Rick Cotton, quien dirige la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey.
Los trabajadores demandan una distribución de las “miles de millones de dólares” en beneficios que han logrado las empresas navieras desde el inicio de la pandemia. Según el sindicato, los salarios no han aumentado a la par, afectados por la inflación. Reportes de AP indican que los empleados de ILA ganan entre 81.000 y 200.000 dólares al año, dependiendo de las horas extras trabajadas.
En cuanto a las tarifas de transporte, Peter Sand, analista principal de la plataforma de precios Xeneta, ha señalado que se anticipa que el paro se extienda entre cinco y siete días hasta que el Gobierno intervenga. Sin embargo, los efectos de esta situación podrían percibirse en las cadenas de suministro de Europa y Asia por lo menos hasta enero y febrero. Por su parte, el presidente de EE. UU., Joe Biden, descartó cualquier intervención el pasado domingo.
ILA señala que los usuarios están asumiendo el aumento en los costos de envío, que han escalado de 6.000 a 30.000 dólares en solo unas semanas en algunas rutas específicas. “Actualmente, observamos un incremento de cerca del 20% en los precios de transporte desde Europa hacia la costa este estadounidense”, comentó Sand. Como opción, algunas embarcaciones están redirigiéndose a Canadá o eligiendo el transporte aéreo.
