Hoy entra en vigor la reinstitución gradual del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a los alimentos básicos que conforman el carro de la compra, con alrededor de un tercio de los productos sobrepasando el índice de precios al consumidor (IPC).
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), de las 52 categorías de alimentos que estudia, 16 siguen incrementando su precio más rápidamente que tanto el índice general como el conjunto de alimentos, referidos a agosto. El aceite de oliva encabeza la lista con un aumento del 25,1% en el último mes registrado, de hecho, sus precios han escalado un 170% desde enero de 2021.
Este incremento, causado por malas cosechas en años recientes debido a la sequía y el aumento de temperaturas, ha llevado el coste del litro de este aceite a más de diez euros en muchos expendios, una cifra sin precedentes. A partir de este martes, será gravado nuevamente, al igual que las verduras, legumbres, tubérculos, cereales, pan, harina, leche, queso, huevos, y fruta que pasarán del 0% al 2% hasta finales de diciembre. Mientras que el IVA de los aceites de semillas y las pastas alimenticias aumentará del 5% al 7,5%. A contar del 1 de enero se producirá una completa normalización, con la excepción del aceite de oliva que estará en el grupo de alimentos con IVA súper reducido, del 4%. Este aumento del impuesto resultará en un crecimiento de una o dos décimas en la inflación de octubre. Para tratar de mitigar la espiral inflacionaria causada por el conflicto en Ucrania y la sequía, el Gobierno había disminuido el IVA a un varias categorías de alimentos básicos el 1 de enero de 2023.
El pico de inflación de los alimentos fue en febrero del 2023 con un 16.6%, tras lo cual descendió a 2.5% en agosto del mismo año, comparado con el 2.3% de inflación general. Este incremento radical en el costo de la canasta básica colocó a la industria agroalimentaria y la distribución en el centro de la tormenta y generó cambios significativos en los patrones de consumo, como un incremento sin precedentes en la preferencia por la marca blanca en los supermercados, y un consumo mayor de aceites alternativos al de oliva. Actualmente, el estancamiento en el crecimiento del costo de la canasta básica ha incitado al gobierno a comenzar a revisar las medidas de control de precios. Sin embargo, algunos productos como el aceite de oliva, las patatas y las legumbres secas mantienen altas tasas inflacionarias, con 12.3% y 5.2% respectivamente en agosto. Otros alimentos, considerados no básicos aunque populares, como el café, siguen con una inflación superior al IPC debido a los problemas de producción a nivel mundial. Por otro lado, la leche y la mantequilla han visto un descenso en sus precios por varios meses consecutivos. Igualmente, un cuarto de los productos de la canasta básica han comenzado a reducir sus precios –deflación–. Entre ellos, aceites de semillas como el de girasol, que ha acumulado 17 meses seguidos con IPC negativo (-7,6%) a agosto debido a la normalización del mercado mundial de semillas y la circulación de materias primas desde Ucrania a pesar de la invasión rusa. Este retorno a la normalidad también ha contribuido a la reducción de la inflación en cereales y alimentos derivados como la pasta. Sin embargo, la reciente subida del IVA en los alimentos tendrá un impacto en la inflación de octubre, aunque su efecto sea menor.
Los expertos económicos estiman un posible rebote de una o dos décimas en la inflación debido a la eliminación progresiva de ciertas medidas. En los meses de noviembre y diciembre, se espera que los precios aumenten debido al efecto base, que compara la situación actual con el mismo periodo del año anterior donde el precio de la energía bajó sustancialmente. A pesar de esto, se certifica el cierre del período inflacionario, con el dato del 1,5% de septiembre como el más bajo, y las proyecciones indican una inflación media para 2024 de alrededor del 2%. Según las proyecciones de Funcas, la eliminación del IVA en los alimentos básicos podría aumentar la inflación general en una o dos décimas. Raymond Torres, director de análisis económico de Funcas, comenta sobre dos fases de normalización del IVA que podrían provocar este incremento y otro adicional en enero. Oriol Aspachs, director de Economía Española de CaixaBank Research, también sugiere que «el impacto será más bien menor, una o dos décimas como máximo, pero sí esperamos un repunte en los próximos meses debido al efecto base en otros componentes», refiriéndose específicamente a la energía y su impacto a fin de año. A partir de febrero y marzo de 2023, cuando el precio de los alimentos llegó a su pico, la reducción ha sido constante, con algún eventual aumento, hasta llegando a un 2,5% en agosto, es decir, la tasa más baja en casi tres años. Se tendría que retroceder hasta octubre de 2021 para encontrar una tasa menor y se prevé que septiembre tenga un índice aún menor.
Una información relevante adicional es que el índice mensual de la alimentación, en comparación con el mes previo, ha disminuido tanto en julio como en agosto, lo que sugiere otra señal de esta moderación. En diciembre del año pasado, el Gobierno tuvo que tomar una decisión de gran impacto. Tuvieron que determinar la velocidad del retiro de unos subsidios que habían tenido un buen rendimiento, pero que poseían un enfoque bastante general, así como también generaban un incremento adicional del gasto público. La decisión fue implementar el incremento en dos etapas, y hoy es la primera fase de incremento.