×

La Inteligencia Artificial en el sector energético

Todo movimiento que hacemos en la web, ya sea una búsqueda en Google, compartir un video en WhatsApp, o generar un mensaje con ChatGPT, requiere electricidad y, a su vez, genera emisiones de carbono. A pesar de que las empresas tecnológicas más grandes del mundo se han comprometido a reducir sus emisiones de carbono, ¿es posible mantener este compromiso con el auge de la inteligencia artificial (IA) y su consumo creciente de energía?

Parece complicado.

Un estudio del periódico británico ‘The Guardian’, que recopiló datos de 2020 a 2022, encotnró que las emisiones reales de los centros de datos de Google, Microsoft, Meta y Apple exceden en un 662%, o 7.62 veces, a las que reportan.

En 2022, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimó que estos centros de datos consumían entre 1 y 1.5% de la electricidad global. Este dato no tiene en cuenta el auge reciente de la IA.

El despliegue de IA podría ir en contra del proceso de descarbonización

Una búsqueda en Google consume 0.3 vatios por hora, lo equivalente a encender una bombilla de 60W durante 17 segundos. En comparación, una interacción con ChatGPT consume 2.9 vatios por hora, casi 10 veces más, lo equivalente a mantener una bombilla de 60W encendida por 3 minutos. Es decir, un año de ChatGPT consume tanta energía como lo que consumiría Nueva Zelanda en tres meses. A medida que las necesidades de computación crecen de manera exponencial, la AIE predice que estos números se multiplicarán por 10 para 2026.

Hay tres soluciones posibles a este problema. La primera, promovida por Satya Nadella de Microsoft, es tecnosolucionista y afirma que aunque la IA puede causar problemas energéticos a corto plazo, será la misma IA quien nos ayude a resolver este problema y, por extensión, el problema del cambio climático. La segunda opción, propuesta por Sam Altman, sugiere un salto cualitativo hacia soluciones energéticas basadas en energía solar y fusión nuclear (a diferencia de la fisión nuclear que utilizamos actualmente).

La implementación de la Inteligencia Artificial (IA) puede obstaculizar el proceso de descarbonización.

Elon Musk plantea una tercera perspectiva, que todos terminaremos falleciendo. Evidentemente, por causas como el capitalismo, el libre mercado o China, se descarta una cuarta solución pospuesta. La carta que firmaron varios destacados individuos de la IA solicitando un aplazamiento de seis meses lo demuestra, la cual no tuvo mayor relevancia ni impacto. Esa carta carecía de valor desde el instante que Elon Musk la firmó mientras compraba GPUs en Nvidia para establecer su centro de datos de IA.

Actualmente, parece que Microsoft está siguiendo un camino similar. Por un lado, se muestra como líder en la aplicación de la IA en tecnologías ecológicas que pueden ayudar a acelerar la descarbonización, y por otro, vende estas mismas tecnologías a empresas como ExxonMobil y Chevron. No obstante, es necesario destacar que utilizará la energía nuclear de la planta de Harrisburg. Esta planta, después de estar cerrada durante cinco años, ha reabierto debido a la nueva demanda generada por la IA, permitiendo equilibrar sus finanzas. Harrisburg es la central nuclear que sufrió un desastre nuclear en 1979.

Lea También