Existen numerosos discursos respecto a las barreras que enfrentan los negocios chinos para exportar sus bienes a países europeos, y más aún a los Estados Unidos. Algunos argumentan que el apoyo estatal chino permite a ciertas empresas ofrecer precios más competitivos.
Sin embargo, ¿qué sucede con las ayudas en Europa? Frequentemente se encuentran subsidios, asistencia en I+D, préstamos a largo plazo respaldados por el gobierno, entre otros. Sin duda, el progreso de China está fuertemente respaldado por su gobierno. Un país de casi 1.500 millones de habitantes cuenta con un gobierno que ha otorgado ayuda a las zonas más desfavorecidas, erradicando la pobreza y facilitando la creación de zonas industriales para establecer empresas y compartir servicios como logística y capacitación.
El gobierno chino valora la educación y en ciudades clave como Pekín, Shanghai o Shenzhen, las empresas o institutos de formación tienen beneficios para su implementación. En la escuela de negocios donde yo me encuentro en China, CEIBS, hemos conseguido construir campus en Shanghai, Pekín y Shenzhen, como también en Accra (Ghana, Africa) y en Zúrich (Suiza), todos con una actividad intensa. Recientemente, han aumentado las críticas hacia la economía china. Es evidente que, conforme un país se desarrolla, surgen cambios. Como ejemplo, muchos ciudadanos chinos anhelan adquirir un automóvil o sustituir el suyo actual, pero ahora en China hay incertidumbre sobre si los vehículos del futuro serán eléctricos o de gasolina. Esto provoca indudablemente una caída en las ventas de automóviles, aunque no se deba a una crisis. Hace poco, organizamos un importante evento en Shenzhen, al sur de China, con asistencia de empresarios españoles, aunque la mayoría operan a nivel internacional.
Durante nuestra visita a BYD, un prominentes fabricante de automóviles y líder global en la industria, quedó evidente su creencia en un progreso significativo en la electrificación automotriz. No obstante, la industria automotriz depende en gran medida de un mercado robusto. Existen fabricantes que han introducido vehículos híbridos, propulsados tanto por electricidad como por combustible, aunque estos tienden a ser un poco más costosos. La industria automotriz es vital para la economía y es altamente susceptible a la salud del mercado, y la existencia de una red eficiente de distribuidores y proveedores. Evidentemente, una fábrica de automóviles próspera puede ser un gran estímulo económico para cualquier país. Sin embargo, la aparición de vehículos eléctricos está introduciendo desafíos al sector, presentando alternativas que requieren de altos niveles de inversión y conllevan un cierto grado de incertidumbre tanto para los fabricantes, como para los proovedores de componentes y distribuidores. Se estima que en el futuro, la mitad de los vehículos serán eléctricos y la otra mitad seguirá utilizando combustible. No obstante, el progreso no es uniforme en todos los países, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad de puntos de carga eléctrica. Así que si están considerando cambiar su coche, podrían considerar la opción híbrida.
