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La obsesión por el oro en el Banco Sabadell

El término «fiebre del oro» describe una fase en la historia de Cataluña entre 1876 y 1878, cuando las condiciones económicas favorecían a la burguesía a iniciar grandes maniobras especulativas. El auge económico que inició en 1881 impulsó a la industria catalana y propició la creación de numerosas empresas importantes como la Compañía Española de Tabacos de Filipinas, La Sociedad General de Aguas de Barcelona y La Vanguardia, todas formadas entre 1881 y 1882.

Durante estos dos años, también se estableció una gran cantidad de bancos, con 38 en toda España y 22 en Cataluña. Entre ellos estaba el Banco Sabadell, que se fundó el 31 de diciembre de 1881. Se rumorea que los originarios de Sabadell deseaban superar la fundación del Banco de Terrassa, programada para 1882, lo que los llevó a establecerlo el último día de 1881.

Antes de ese año, había 19 bancos en España, sin incluir las cajas de ahorros ni a los bancos privados. Entonces, la cantidad de bancos se duplicó en el bienio de 1881-1882. Aparte de Sabadell, se fundaron el Banco de Manresa, Mataró, Valls, Girona, Terrassa, Igualada, Tortosa, Vilanova i la Geltrú y Lleida. De los 38 bancos surgidos durante la fiebre del oro, solo Sabadell sigue en funcionamiento, mientras que los demás fueron absorbidos por otras entidades bancarias o cayeron en bancarrota.

La historia registra numerosas entidades que anhelaban convertirse en el banco principal de Catalunya, entre ellos el Banco de Barcelona, que nació en 1844 y se desplomó en 1920; el Banco de Cataluña, establecido en 1920 y que colapsó en 1931; el Banco Hispano Colonial, inaugurado en 1876 y absorbido por el Banco Central en 1950, así como Banca Catalana, que comenzó en 1959 y vivió una crisis en 1982. Sabadell no se ha librado de enfrentar situaciones extremadamente difíciles. De hecho, en mayo de 1926, el banco anunció la suspensión de pagos, una decisión que sólo se mantuvo durante 24 horas. Al siguiente día, la junta de gobierno revirtió esta decisión, y gracias al respaldo de varios consejeros, la mayoría de los accionistas, los depositantes y el Ayuntamiento de Sabadell, el banco logró sobrevivir milagrosamente. Este es uno de los raros ejemplos históricos de un banco que consigue superar una crisis de tal magnitud evitando el cierre. Posteriormente, en las décadas de 1950, 60 y 70, cuando muchos bancos eran absorbidos por entidades de mayor tamaño, logró mantener su independencia gracias al pacto de sindicatura que los accionistas acordaron en la junta de 1953. Cuando se fundó Sabadell durante la fiebre del oro para servir a esta ciudad, sus 127 fundadores habrían tenido dificultades para imaginar que, con el paso del tiempo, se convertiría en el banco más relevante de Catalunya y uno de los más grandes de España. Ahora, debido a la oferta de adquisición presentada por BBVA, enfrenta un gran desafío. En pocos meses, sus accionistas deberán decidir si desean que esta larga y exitosa trayectoria como banco independiente continúe, o si ha llegado el momento de poner punto final.

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