Septiembre ha ratificado categóricamente que el epílogo de la crisis inflacionaria que hemos experimentado en años recientes ocurrió en agosto. La inflación se redujo un 0,8%, alcanzando el 1,5%, que es el índice más bajo observado en los últimos tres años y medio, específicamente desde marzo de 2021.
Este índice queda medio punto por debajo del límite de referencia establecido por el BCE. La disminución en los precios de la gasolina, que ha continuado disminuyendo por otro mes consecutivo, ha facilitado esta moderación de la inflación en septiembre, marcando su mayor reducción en un año.
A esto se sumó la estabilidad favorable en el precio de los alimentos y la electricidad, los cuales habían aumentado en septiembre del año anterior. Los analistas proyectaban que la inflación se situaría por debajo del 2% basándose en las tendencias de los precios de la gasolina, sin embargo, no consideraban posible una desaceleración tan pronunciada como la que se observó, que fue de 0,8%, según datos preliminares publicados por el INE. Además, la inflación subyacente, aquella que excluye la energía y los alimentos, también siguió desacelerándose, incluso más de lo pronosticado, moderándose tres décimas para situarse en el 2,4%. Este índice, siendo menos inestable, ofrece una lectura más exacta de las tendencias inflacionarias a largo plazo y en este caso, es el más bajo desde enero de 2022. En aquel momento, la inflación subyacente se sumergió en una espiral inflacionista que la catapultó hasta un pico del 7,6% antes de iniciar una moderación gradual hasta el índice actual. Su desaceleración este mes podría indicar que los servicios, el componente más problemático y reacio a la moderación de precios, también estaría desacelerándose. Hemos observado comportamientos normales en julio y agosto y los datos actuales sugieren un proceso de normalización.
María Jesús Fernández, de Funcas, sugiere que para mediados de 2025 es posible que veamos un regreso al 2% en la subyacente. Oriol Aspachs, de CaixaBank Research, mantiene un tono optimista, señalando que los datos son sorprendentemente positivos, con la inflación general y la subyacente reduciéndose más de lo anticipado. También destaca el rendimiento positivo de los servicios. Por su parte, el Ministerio de Economía hace hincapié en estos datos, junto con el del crecimiento del PIB que se reveló esta mañana. Según ellos, estos indicadores reflejan la solidez y el desarrollo balanceado de la economía española; una afirmación que está siendo respaldada diariamente por las principales entidades nacionales e internacionales.