Categorías: Economía
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27 septiembre, 2024 7:07 am

¿Existe deflación en el país chino?

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El pronóstico diagnóstico consensuado presenta una visión optimista en el corto plazo, teniendo en cuenta las previsiones de crecimiento de la OCDE para España, que apuntan a un 2,8% y 2,2% para 2024 y 2025, respectivamente. Sin embargo, se identifican amenazas más distantes y futuras que provocan preocupación.

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Estos temores se centran en el retroceso de la globalización, la incertidumbre existencial de la Unión Europea, las repercusiones de los conflictos geopolíticos en Ucrania y Oriente Medio, así como posibles efectos en la producción y inversión derivados de una disminución en los objetivos de reducción de CO2.

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Inevitablemente tenemos que considerar a China, cuyo peso económico ha crecido de manera impresionante en los últimos 25 años, pasando del 3/4% al 18/19% del PIB mundial. A pesar de que China haya reducido sus ritmos de crecimiento de dos dígitos a cerca del 5%, esto no debería ser una alerta. Al crecer a una tasa del 5% anual, su economía se duplica cada 14 años. Sin embargo, la preocupación surge dada una creciente ratio de deuda/PIB (que ha subido del 200% al 300% entre 2015 y 2023). Este endeudamiento parece arrastrar a China a una situación similar a la vivida por Japón durante sus décadas perdidas, donde fuertes crecimientos basados en deuda y construcción derivaron finalmente en menor incremento del PIB y una caída en los precios. Además, en el corto plazo, la ansiedad aumenta ante las incertidumbres acerca de las políticas económicas post Biden y las implicaciones de China en ellas. Finalmente, se menciona la intervención del Banco Central chino en inyectar liquidez al sector inmobiliario y bancario y reducir las tasas de interés como factor de preocupación.

La gestión de la deuda es un proceso complicado y prolongado, que solo puede abordarse aceptándolas como pérdidas (lo que repercute negativamente en el sector bancario) o devolviéndolas. Ambas opciones conllevan una disminución del crecimiento económico. En medio de una disputa comercial con Estados Unidos y la Unión Europea, China pretende desplazar sus dificultades económicas al resto del mundo, según el informe del FMI de agosto 2024 . Esto resulta en una creciente fragmentación de la economía global.

Para China, el riesgo más significativo radica en la deflación, es decir, la disminución de los precios. Esta puede resultar en recortes salariales y, considerando la expectativa de un coste de vida en declive, caídas en los precios de viviendas (que ahora llevan cuatro años bajando) y en el deflactor del PIB (la mayor caída desde 1999). Además, la deflación acrecienta el impacto de la deuda sobre los ingresos, lo cual obstaculiza su amortización.

En resumen, existe el riesgo de quedar atrapados en un estado de deflación y crecimiento lento. Por esto, no resulta sorprendente que el Banco Central de China haya optado por disminuir sus tasas de interés e inyectar liquidez al mercado inmobiliario y financiero. Estas acciones, sumadas a otras medidas para disminuir el número de viviendas sin terminar y/o sin ocupar, apuntan a contrarrestar la situación económica actual.

Por lo tanto, aunque de momento las circunstancias parecen favorables, hay nubes de tormenta en el horizonte. Deberíamos aprovechar este periodo de estabilidad mientras dure.

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