Según los resultados del Anuario Económico Comarcal BBVA dirigido por el profesor de economía de la UAB Josep Oliver, la economía catalana tiene un crecimiento cada vez más firmemente establecido. Oliver expuso en la presentación del estudio, que existe una clara evidencia de un cambio en el enfoque de crecimiento hacia la industria.
Si esta tendencia continua, se podría esperar un aumento en la productividad total de la economia catalana.
Los datos recopilados durante el año pasado y a principios del 2024 reflejan un cambio en la dinámica productiva. Después de la crisis del Covid, se observó que los servicios personales como el turismo, el transporte, el comercio, la hostelería y los servicios de entretenimiento, eran los que impulsaban la economía catalana.
Sin embargo, en 2023, los sectores relacionados con la producción industrial y los servicios productivos empresariales tomaron la batuta.
Esta transición se tradujo en un notable incremento en la contribución al PIB de la industria, ya que su Valor Agregado Bruto (VAB) se elevó a un 3,5%, muy por encima de la disminución del 1,6% del año anterior. Por otra parte, el crecimiento en el sector servicios disminuyó a un 3,1%, contrario al 9,5% del 2022, así como el de la construcción con un 1,8% en contraste a un 5,4% previo. El sector más afectado fue el primario con una caída del 17,6%, casi el doble que el año pasado cuando disminuyó un 9,2%. Oliver explica este declive acentuado debido a los efectos de la sequía, el aumento en el costo de los productos básicos y la energía.
El crecimiento ha sido no uniforme entre las diferentes regiones de Cataluña.
El estudio revela que no todos los territorios autónomos experimentaron un crecimiento económico equitativo. Camp de Tarragona encabezó la expansión, al observar un aumento del 3,2% en su VAB, seguido de Girona con el 3% y el área metropolitana de Barcelona con el 2,9%. En contraste, las regiones de las Terres de l’Ebre (Tarragona) tuvieron mejoras de aproximadamente el 2,5%, y las del Alt Pirineu i Aran (Lleida) y el Pla de Lleida lograron crecer cerca del 2%.
El análisis señala que la expansión de Camp de Tarragona se debe principalmente al fortalecimiento de los servicios privados personales y a la generación de energía, mientras que en Girona, los servicios fueron el motor del crecimiento. Por otro lado, el crecimiento en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se atribuye a la sólida performance industrial, una tendencia que indica una disminución de la dependencia del turismo, aunque este sigue siendo relevante.
En Catalunya, 12 comarcas crecieron por encima del 3%, destacando las del corredor Bages-Vallès Occidental-Baix Llobregat (Barcelona) y el eje Segrià (Lleida)-Ribera d’Ebre-Baix Camp-Tarragonès (Tarragona). Cabe destacar que las comarcas de Girona han mostrado el mayor crecimiento, con un PIB en 2023 superior en un 4% al de 2019 en promedio. Sin embargo, en Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre, aún no se han recuperado a los niveles previos a la pandemia.
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