Los nuevos dueños de Celsa – los fondos de inversión que adquirieron la compañía a través de un fallo judicial – planean aumentar el capital en 166 millones de euros para impulsar mejoras y generar resultados positivos en la empresa. El 28 de octubre, Celsa Steel llevará a cabo una asamblea extraordinaria de accionistas para dar el visto bueno a esta ampliación de capital.
Este proceso se realizará en dos etapas. Según un comunicado de la empresa, se espera una contribución inicial de 81 millones de euros destinados a inversiones y mejoras en España, a través de Barna Steel. Los 85 millones de euros restantes serán destinados en una segunda etapa a inversión y mejoramiento en las subsidiarias del grupo en Polonia, Noruega y Gran Bretaña.
El presidente de la compañía, Rafael Villaseca, está implementando un nuevo plan estratégico con el respaldo de Bain & Company, que abarca medidas e inversiones para aumentar los ingresos brutos de la empresa y «resultará en un aumento considerable de eficiencia y rentabilidad», de acuerdo con Celsa. El plan de mejora se enfocará en áreas como ventas, logística, adquisiciones o producción. Durante 2023, la facturación de la empresa fue de 2.055 millones de euros, un descenso del 27,8%, obteniendo un beneficio neto de 469 millones de euros. En septiembre del año pasado, una resolución judicial inédita del Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona transfirió la propiedad de la empresa, que estaba completamente en manos de la familia fundadora Rubiralta, a los acreedores debido al incumplimiento del pago de la deuda. Los nuevos accionistas incluyen a los fondos DWS, Attestor, Golden Tree, Strategic Value Partners y Cross Ocean. Jordi Cazorla es el CEO de la empresa.
