Fernando Fernández, un consejero del Banco de España seleccionado previamente por el Partido Popular, ha renunciado a su asignación de liderar el comité para la reforma de la ley que regula la conducta del banco. Esta tarea, inicialmente aceptada por Fernández según informes, habría sidp asignada por el nuevo gobernador del banco, José Luis Escrivá.
La responsabilidad de dirigir el equipo de trabajo en cuestión ahora recae en Lucía Rodríguez, una nueva consejera designada por el Gobierno que trabajó en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). Rodríguez también ha servido como asesora de la exministra de Economía, Nadia Calviño.
Escrivá, el flamante gobernador del Banco de España, no ha tardado en implementar dos medidas importantes de su mandato desde que asumió el cargo. La primera es la formación del equipo de trabajo para revisar y modificar la ley de Autonomía del Banco de España que se ha adoptado desde 1994. La segunda es una amplia reestructuración interna que implica el reordenamiento de departamentos, la conservación de algunos altos funcionarios de la administración anterior, y la creación de dos direcciones generales nuevas.
En su discurso de inauguración, Escrivá señaló la necesidad de cambiar la ley que regula el funcionamiento del Banco de España debido a las transformaciones radicales en el ambiente en el que operan los bancos centrales. Según él, es «prudente considerar» una revisión de la ley para «fortalecer la independencia», «mejorar la transparencia» y «facilitar la rendición de cuentas». Aunque no proporcionó detalles específicos, su objetivo es realizar un análisis detallado que considerará factores como la selección y duración del termino del gobernador de la entidad. En actualidad, España tiene uno de los mandatos más cortos para este puesto, con sólo seis años.
El recién nombrado gobernador inicia una restructuración interna, creando dos nuevas direcciones generales. En su discurso de ayer, Escrivá usó repetidamente la palabra «independiente». Sin embargo, no mencionó las circunstancias relacionadas con su designación ni con la de la subgobernadora, Soledad Núñez, que en ambos casos se aprobaron sin acuerdos entre el Gobierno y el Partido Popular. Situaciones semejantes se han dado en países como Austria o Finlandia, donde un ministro ha llegado a ser nombrado gobernador del banco central. En este contexto, Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, ha expresado su descontento por la ruptura del «pacto de caballeros» que determina que el gobernador es escogido por el gobierno y el subgobernador por el principal partido opositor. Otra de las importantes decisiones anunciadas ayer es la reconfiguración del organigrama del banco. Se incorpora una nueva dirección general de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia, además de una que dependerá directamente de Escrivá, la de Estrategia, Personas y Datos, que será liderada por María Teresa Ledo, ex secretaria de Estado de Digitalización durante el mandato previo de Escrivá. Alejandro Álvarez, ex director general de Servicios a cargo del personal, ha presentado su dimisión.