Este martes, la creación de la nueva Comisión de Energía fue aprobada por el Consejo de Ministros. Este organismo se reintegra tras una década de estar unificado con la súper reguladora de mercados conocida como la Comisión Nacional de Mercados y Competencia.
Con esto, Teresa Ribera logra uno de sus metas principales de su legislatura, separar la regulación eléctrica del control de la autoridad de competencia. Según explicó en la conferencia de prensa después de la reunión del Consejo de Ministros, esta decisión pretende «fomentar de manera efectiva las oportunidades ligadas a la transición energética y promover el diálogo entre los líderes energéticos y los actores de este sector».
La Comisión recientemente creada retoma la misma estructura que tenía antes de que el gobierno de Mariano Rajoy la absorbiera en 2023. «Estamos reforzando algo que hemos estado impulsando desde 2018, unas de las primeras acciones fue aumentar las funciones independientes», señaló la tercera vicepresidenta.
El Gobierno cree que la creación de dicho organismo responde a la necesidad del sector energético de tener una entidad que ofrezca un conocimiento más especializado en cuestiones energéticas, mientras se fortalece su autonomía. No obstante, en los últimos meses la decisión ha enfrentado opiniones contrapuestas en relación a su conveniencia y dependencia, aun así las empresas eléctricas han decidido mantenerse neutras hasta el día de hoy que se ha oficializado la decisión.
Este anuncio se produce en un momento en el que la CNMC todavía está pendiente de nombrar a varios consejeros vacantes o cuyos cargos han expirado. Por lo tanto, el Gobierno ahora tendrá que aclarar cómo progresará con la nueva estructura de ambas entidades, así como identificar quién será el futuro director de la nueva Comisión de Energía, siendo el esposo de Teresa Ribera uno de los posibles candidatos. Existe también la cuestión pendiente de determinar el lugar de ubicación del nuevo organismo.