En julio, se registró una disminución en el índice de incumplimiento de pagos bancarios al 3,42%, una baja de dos puntos desde el 3,62% en sólo dos meses, según los datos proporcionados por el Banco de España el lunes.
El mercado laboral sólido, el desendeudamiento de las familias y su propensión a evitar préstamos tras el aumento de las tasas de interés han jugado un papel crucial en esta disminución. Además, la venta de activos inciertos por parte de los bancos, que excluyen los préstamos de menor calidad del circuito supervisado, también ha contribuido.
La tasa de junio confirma una persistente disminución desde el pico del 13,62% en 2013. De hecho, los préstamos con retrasos de más de 90 días aumentaron del 0,8% en 2005 al 3,5% en 2008, y continuaron aumentando a medida que la Gran Recesión empeoraba la situación financiera de las familias y empresas. Pese a un pronóstico en 2022, cuando el BCE volvió a aumentar las tasas, de un incremento de la morosidad al 4,2%, no se materializó tal predicción. La atención se está centrando ahora en los préstamos al consumo, que tienen una tasa de morosidad superior al promedio y están en aumento a pesar de la tendencia general a la baja. Excede el 6%, la tasa más alta desde 2016, dado que el saldo de esta deuda ha sobrepasado los 100.000 millones este año, por primera vez desde 2009. Sin embargo, la morosidad en los créditos al consumo ha crecido hasta un 6,6%. El Banco de España divide y publica las tasas de morosidad de los bancos, cajas y cooperativas de crédito, que se sitúa en el 3,3%, y las de las financieras de consumo, cuya tasa aumentó del 6,43% en junio al 6,64% en julio.
De acuerdo con EthiFinance, el aumento en el uso del crédito muestra una disposición de las familias para afrontar una moderada cantidad de deuda a fin de mantener su nivel de vida, a pesar del ambiente de altas tasas de interés. Sin embargo, esta circunstancia presenta un leve riesgo para la evolución de la morosidad bancaria en el futuro. Según el último pronóstico económico del Banco de España, que presenta mejores expectativas para este año, se espera una «recuperación gradual» en el crédito al consumo de las familias, señalando también el constante incremento en este tipo de crédito. Sin embargo, las reestructuraciones de hipotecas son notablemente bajas. Las tasas de crecimiento en el crédito al consumo son similares a las de las hipotecas, donde las renegociaciones de préstamos son escasas. En julio, según los datos más recientes del Banco de España, la renegociación hipotecaria sumó solo 49 millones, en línea con la media anual del año pasado, que culminó con 542 millones. En 2020, esa cifra incluso alcanzó los 1.200 millones. Nicolas Hardy, analista de Scope Ratings, considera «realizable» que la morosidad bancaria pueda experimentar un incremento «moderado» en los meses próximos. A pesar de la tendencia positiva, la proporción española de préstamos problemáticos está por encima del promedio de la Unión Europea, situándose en el 1,86%. Los préstamos morosos cayeron en 462 millones de euros en julio, alcanzando los 40.428 millones, mientras el total de créditos otorgados por la banca disminuyó de 1,19 billones de euros a 1,18 billones. En relación al empleo, aún se mantiene resistente y los bancos siguen eliminando sus activos tóxicos. El último informe de previsión del Banco de España también indica un descenso en el ritmo de crecimiento del empleo en el tercer trimestre del año, luego de un activo primer semestre.
El año anterior en España, se produjeron transacciones de préstamos de baja calidad o non performing loans (NPL) por un total de 17.700 millones de euros, de acuerdo con un informe reciente de Axis Corporate. Esta actividad se ha revitalizado debido a los aumentos en las tasas de interés. De esta suma, 8.200 millones estuvieron a cargo de los bancos convencionales.
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