En 2024, el decrecimiento de Europa ha obtenido validez oficial, confirmado por los estudios de Letta y Draghi. Estos dos informes contienen una serie de recomendaciones contempladas por nuestros líderes, que destacan un problema creciente. La Unión Europea ahorra mucho, pero invierte poco, mientras que en Estados Unidos ocurre justamente lo opuesto.
El contraste en las tasas de ahorro privado es impresionante. En Estados Unidos se ahorra el 3% del ingreso después de impuestos, comparado con el 13% de la UE. Sin embargo, al analizar las tasas de inversión, excluyendo la vivienda, Estados Unidos ha superado consistentemente a la UE en la última década.
Según estos estudios, la razón principal por la cual los considerables ahorros europeos no se transforman en inversiones productivas es la ineficiencia de la intermediación financiera en Europa. Por ello, se sugiere avanzar hacia la creación de un mercado único de capitales para toda la UE.
Las cifras
La UE (13%) ahorra mucho más que Estados Unidos (3%), pero sus tasas de inversión son inferiores, excluyendo la vivienda
Este es un caso clásico: una sugerencia de política económica correcta, pero basada en motivos incorrectos. Lo que permite a Estados Unidos tener una tasa de inversión más alta que la europea no es la existencia de un sistema financiero más eficaz. Si la inversión productiva en América es más alta, es porque las oportunidades de negocio, innovación y generación de riqueza son mayores que en Europa. Esto hace que ciudadanos de todo el mundo, incluyendo los europeos, elijan invertir sus ahorros en Estados Unidos. Obviamente, la tasa de inversión de Estados Unidos no podría sustentarse solo con los ahorros locales, que son pocos a pesar de contar con un sistema financiero eficiente, grande y diversificado.
La escasez de inversión en Europa no se determina por el rendimiento del sector financiero. No nos falta ahorro. Sin lugar a dudas, sería ventajoso poseer un singular mercado financiero en toda la Unión que permitiera que los ahorros fueran más provechosos, entre otros beneficios. Sin embargo, si Europa carece de inversión suficiente, es a causa de que la originalidad y la innovación en las empresas se ven restringidas por normativas desactualizadas frente al progreso tecnológico y el peso de colectivos interesados que se resisten a cualquier cambio.