La Comisión Europea, representada por su vicepresidente encargado de Comercio, Valdis Dombrovskis, y el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, decidieron este jueves extendernar su tiempo de negociación con el propósito de negociar una solución que evite la imposición de tarifas a los automóviles eléctricos de origen chino.
Estos, según una investigación de la Unión Europea, se benefician de una amplia gama de subvenciones públicas disimuladas. Ambas partes reiteraron su deseo de intensificar esfuerzos para hallar una solución aceptable y efectiva ante el problema, en consonancia con las reglas de la Organización Mundial del Comercio, de acuerdo a lo anunciado por la Comisión Europea al finalizar la reunión.
A falta de un acuerdo con Pekín, está previsto que la Comisión Europea vote sobre las tarifas la próxima semana. Existe la posibilidad de recurrir al método conocido como price undertakings o compromisos de precios, lo que supondría el ingreso de estos productos a la Unión Europea a un costo mínimo preestablecido como alternativa a la imposición de derechos de aduana. «Ambas partes han convenido revisar de nuevo esta opción», subrayó la Comisión Europea. La propuesta china fue considerada insuficiente la semana pasada, dado que, según los cálculos de la Comisión, no contrarrestaba los «dañinos efectos» de las ayudas públicas recibidas por los coches eléctricos chinos a lo largo de la cadena de valor, para los fabricantes europeos. Los técnicos chinos tendrán la oportunidad de presentar nuevas propuestas.
Dombrovskis argumentó ante el ministro Wang que las conclusiones de la Comisión acerca de los «beneficios desleales» que Pekín proporciona a sus compañías «se fundamentan rigurosamente en evidencias y hechos, y son totalmente acordes a las reglas de la OMC». Además, reafirmó que el mercado europeo continuará recibiendo sus coches eléctricos, pues «el propósito de la UE es solo equilibrar los subsidios detectados» para salvaguardar la competencia.
Con el cambio de postura de Alemania y España, puede que no exista la mayoría necesaria para autorizar los aranceles. Francia ha sido la nación que más ha presionado en esto y hasta hace algunas semanas lideraba las conversaciones. Pero con el reciente cambio de postura de España, que antes había respaldado su imposición con un votación no vinculante en julio y ahora ha retractado, Alemania también ha demostrado oposición a la propuesta, temiendo desencadenar una guerra comercial. Ya no está seguro que la propuesta cuente con suficiente respaldo para avanzar en el Consejo.
La fecha límite para la implementación de la propuesta de aranceles es el 30 de octubre, 13 meses después de la fecha oficial del inicio de la investigación. La intención original de la Comisión Europea era programar la votación del Consejo cerca del 25 de septiembre, una fecha que podría retrasarse levemente de acuerdo a los plazos jurídicos estipulados.
Para mantener intacta su presión sobre Pekín, Bruselas avanzará con los preparativos y «en los próximos días» enviará a los estados miembros su propuesta. Los aranceles propuestos por Bruselas en julio varían entre un 17,% para el grupo privado BYD, y un 37,6% para el conglomerado público MC, cifras que se añadirán a los aranceles aduaneros regulares del 10% que se imponen a las importaciones chinas.
El ministro chino de Comercio afirma que están dispuestos a dialogar «hasta el último minuto» para evitar este castigo.
Simultáneamente, la ciudad de Pekín sigue amenazando con establecer tarifas aduaneras a las importaciones de productos de cerdo y lácteos provenientes de la Unión Europea. Este movimiento podría tener un impacto significativo en España, donde estos sectores generan ingresos cercanos a los 1.900 millones de euros y 91 millones de euros, respectivamente.
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