La mundialmente famosa empresa norteamericana de productos del hogar, Tupperware, ha comenzado el proceso de declaración de insolvencia a raíz de un declive en las ventas, y tiene previsto solicitar permiso a la corte para seguir funcionando y facilitar un proceso de venta para proteger su marca.
Tupperware Brands, reconocida por sus recipientes plásticos para conservar los alimentos, ha puesto en marcha el proceso de bancarrota, conforme al Capítulo 11 en la Corte de Bancarrota de Delaware en Estados Unidos. Esto generó una drástica disminución en las acciones de más del 50% en la bolsa de Nueva York, llevando a su suspensión posterior.
Tras acudir al Tribunal de Bancarrota, las acciones han caído más de un 50% en Wall Street. Según Laurie Ann Goldman, la Directora Ejecutiva de la empresa, en los últimos años la situación económica ha sido fuertemente afectada por un entorno macroeconomico retador. La alta competencia y disminución de demanda de sus productos han debilitado el negocio de la empresa, que ya experimentaba problemas de liquidez. Tupperware fue establecida en Massachusetts en 1946 por el químico Earl Tupper, quien diseñó los reconocidos contenedores plásticos sellados para ayudar a las familias a preservar sus alimentos durante el periodo de postguerra. La célebre marca también es famosa por sus ventas a domicilio, que se popularizaron como “las fiestas Tupperware”. En marzo de este año, la compañía ya había pospuesto la presentación de las cuentas anuales de 2023, y en junio anunció sus planes para cerrar su única fábrica en Estados Unidos y despedir a casi 150 empleados. Desde 2020, la empresa de utensilios de cocina, que lideró el mercado de almacenamiento de alimentos durante varias décadas, ha enfrentado problemas que cuestionaban su supervivencia a largo plazo.
Tupperware, una empresa que en 2023 ha visto sus acciones disminuir en alrededor del 75% durante el año, implementó una reestructuración directiva y designó a Laurie Ann Goldman como CEO en lugar de Miguel Fernández. Los inversores minoristas aprovecharon la profunda crisis financiera que enfrentaba la empresa para hacer maniobras especulativas que en pocas semanas incrementaron las acciones hasta en un 700%. Según varios informes, Tupperware posee activos que oscilan entre los 500 millones y los 1.000 millones de dólares, y sus pasivos están valorados entre 1.000 millones y 10.000 millones de dólares. Además, tiene más de 700 millones de dólares en préstamos. La empresa tiene la intención de solicitar la aprobación judicial para facilitar la venta de sus negocios y seguir operando durante los procedimientos de bancarrota. La declaración de bancarrota en Delaware se hace realidad después de meses de trámites. Tras iniciar su actividad en Estados Unidos hace una década, Tupperware se introdujo en Europa y para mediados de los 60 ya se encontraba en seis países europeos, antes de aventurarse en los mercados latinoamericanos y asiáticos.
