En los últimos tiempos, las compañías vinculadas al sector sanitario han demostrado ser una opción atractiva para los inversores pacientes con una tolerancia moderada al riesgo, gracias a rendimientos anuales promedio de entre el 8% y el 12%. Además, están impulsadas por las oportunidades que ofrecen la innovación tecnológica y la inteligencia artificial (IA).
Las acciones de salud han mostrado históricamente un buen desempeño, superando incluso durante tiempos de incertidumbre económica, señala Rune Sand-Holm, administrador de los fondos DNB Health Care y DNB Biotechnology. Según este experto, invertir en el sector salud comparado con el mercado general ha resultado en casi cuatro veces más rendimiento desde 1990, según el índice MSCI World Health Care.
Invertir en acciones de este sector es parte de una estrategia defensiva, ya que su demanda es estable, resistiendo a las fluctuaciones económicas. No obstante, los inversionistas que opten por esta ruta deben tener un enfoque a largo plazo. Las empresas del ámbito sanitario, especialmente las farmacéuticas, biotecnológicas y fabricantes de dispositivos médicos, suelen producir productos que pueden tardar años en salir al mercado. En algunos casos, como con ciertos medicamentos, estos productos pueden no llegar a ser vendidos en absoluto.
A pesar de una serie de desafíos, «es uno de los principales ámbitos para el desarrollo, impulsado por factores como el incremento de la longevidad, las innovaciones tecnológicas y el creciente requisito de servicios de salud en economías nacientes», dice Elena Rico, administradora del fondo Renta 4 Megatendencias Salud. Y, específicamente, “el sector de la tecnología médica (Medtech) es el que está teniendo una expansión más rápida», afirma Rico, debido a la considerable innovación en áreas como los utensilios médicos inteligentes, el uso de la IA y la medicina personalizada.
Rango de riesgo de menor a mayor
Opciones de inversión en el sector salud
Un futuro con tanto potencial resulta atractivo para quienes buscan obtener beneficios de su ahorro. La opción más aconsejable para hacerlo, si no se cuenta con amplio conocimiento en el área, es a través de un fondo de inversión especializado, «puesto que se disminuye el riesgo y los costes son usualmente bajos», explica Sand-Holm. Sin embargo, existen otras opciones, como adquirir acciones de empresas, entre las que destacan Novo Nordisk, Eli Lilly, Johnson & Johnson, Pfizer y Roche.
Si optas por este último método, «hay que tener presente que no es una industria libre de riesgos, dado que las empresas deben pasar por un exhaustivo proceso regulatorio para lanzar sus productos al mercado, pérdida de patentes, modificaciones en las políticas gubernamentales y una inversión considerable en la investigación que no garantiza el éxito», advierte Rico.
Otra opción sería apoyar, como sugiere Ricard Montes, director de Medone Serveis, a pequeños laboratorios emergentes en el sector a través de plataformas que les permiten obtener capital desde 500 euros, «con la esperanza de que tenga mucho éxito y sea adquirido por una gran farmacéutica», aclara, «aunque hay otros que no tendrán tanto éxito».
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