Cepsa, junto con Iberia, Vueling y la Asociación Española de Biocircularidad (Biocirc), buscan promover una colaboración gubernamental que pueda posicionar a España en el liderazgo de la producción de combustibles sostenibles para la aviación, conocidos como SAF. Esto se da con el fin de avanzar hacia la descarbonización de la industria aérea.
Un informe preparado por PWC llama a la creación de un fondo público anual de más de 300 millones de euros. Este fondo, incrementado por la industria, llegaría a aportar aproximadamente 860 millones de euros anuales para la puesta en marcha de la producción de combustible SAF en territorio español.
Asimismo, pide políticas de estímulo hacia su uso. Los ingresos derivados de la subasta de derechos de emisión de carbono se consideran como una fuente potencial de financiación.
El combustible SAF se requiere indudablemente para la descarbonización de la aviación. En este sentido, Marco Sansavini, presidente y consejero delegado de Iberia, enfatiza la importancia de su producción local; de no ser posible, será imperativo adquirirlo de países que ya lo produzcan.
El estudio de PWC estima que la demanda de combustibles SAF en España podría llegar a superar las 5,9 millones de toneladas para el 2050. Para satisfacer esta demanda, sería fundamental construir 32 plantas de producción distribuidas por toda el país, atendiendo a la disponibilidad de materias primas, tales como residuos de la industria agrícola y ganadera, desechos forestales e incluso aceites usados domésticos.
El costo de inversión se estima en 22.326 millones de euros.
Según Ismael Aznar, socio de PwC y autor del informe, el inicio de esta industria requiere una inversión total de 22.326 mil millones de euros hasta el año 2050, lo que equivale a un promedio anual de 860 millones de euros. Esto podría llevar a que España se convierta en líder de un sector industrial que representaría 56 mil millones de euros al año, además de la creación de 270 mil empleos.
«Este es un desafío que no es fácil, ni económico, ni rápido. Pero es posible», indica Carolina Martinoli, presidenta y CEO de Vueling.
Para hacerlo realidad, el sector privado ha presentado al Gobierno un Plan de Acción que implica la adopción de 16 medidas, que se dividen en tres categorías: reguladoras, económicas y transversales. Estas medidas incluyen la agilización de permisos y autorizaciones, la implementación del diseño de una infraestructura de transporte y la trazabilidad, además de un plan de incentivos fiscales para promover tanto la producción de SAF como la gestión de biomasa.
«Lo esencial es que el Gobierno demuestre disposición a apoyar esta industria y defina un plan de acción que sirva como guía para la industria», enfatiza Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa.
La normativa europea exige a la industria de la aviación que utilice al menos un 2,5% de SAF mezclado con queroseno para el año 2025, cuota que aumenta a un 6% para 2030 y a un 70% para 2050, con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas. «Actualmente no se produce suficiente SAF para satisfacer las necesidades y la demanda seguirá aumentando en el futuro. España posee las condiciones propicias para liderar esta industria debido a la energía renovable más económica que en otras regiones», advierte Wetselaar.
La secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez, captó en vivo el llamamiento de la industria, reconociendo «el llamado de las empresas» y siendo consciente «del esfuerzo que han realizado para que España se beneficie de esta oportunidad». Durante su discurso, destacó que la descarbonización es «crucial» para convertir al turismo en un sector más sustentable. Además, enfatizó la relevancia de establecer colaboraciones, un elemento «esencial» para «lograr éxito en este emprendimiento».