Desde 2030, la venta de una propiedad requerirá más que simplemente poseer un certificado de eficiencia energética. Además, la vivienda debe tener al menos una calificación «E». Esto se debe a una nueva regulación establecida por la Directiva Europea de Eficiencia Energética de la Edificación, que establece las bases mínimas de consumo de energía para la venta de una propiedad.
Esta regulación prohíbe la venta de propiedades que no tienen una calificación energética de al menos «E», considerada de eficiencia media-baja. Una vez que la regulación entre en vigor en 2030, los dueños de las propiedades tendrán que asegurarse de que sus viviendas cumplan con la calificación requerida, y si no, tendrán que realizar las modificaciones necesarias para alcanzarla.
Los requisitos se harán más estrictos con el tiempo, ya que en 2033, la calificación mínima será una «D», y en 2040, una «B». El objetivo es que todas las viviendas alcancen la máxima eficiencia energética para entonces. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio por parte de la Unión Europea, que ha estado implementando legislación de vivienda desde hace mucho tiempo, con el objetivo de convertir los terrenos construidos en propiedades inmobiliarias de alta eficiencia energética y descarbonizados antes de 2050. No obstante, esto reducirá el número de viviendas disponibles en el mercado. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), esta regulación afectará a más del 80% de las viviendas actuales en España. Esto significa que 8 de cada 10 viviendas en España tienen una calificación inferior a la «E», que es la sexta y penúltima en la escala de etiquetas de eficiencia energética.
Es importante mencionar que desde 2007, existe un constancia creciente por el consumo de energía en los hogares. De acuerdo a la legislación europea establecida en Bruselas, los dueños de casas que quieran venderlas deben realizar las adecuaciones obligatorias para cumplir con dichos estándares. Esto podría llevar a una disminución en la oferta de viviendas, tanto por los gastos asociados con estas modificaciones como por el tiempo requerido para las obras y los arreglos. Para mejorar la clasificación energética, cuando se posea un certificado de eficiencia con un score inferior a una «E», hay varias acciones que se pueden implementar. Incluir energías verdes tales como solar o eólica mediante el uso de placas solares, paneles fotovoltaicos y sistemas de aerotermia. Mejorar el aislamiento térmico en ventanas, puertas, paredes y suelos. Asegurarse de tener una ventilación eficaz. Pintar la fachada y el techo con colores claros en zonas de mucho calor y oscuros en zonas frías. Actualizar los sistemas de calefacción e incluir mecanismos para protegerse del ruido exterior, al igual que retirar el amianto. Cambiar las luces tradicionales por LED. Resulta relevante resaltar que existen Planes de subvenciones en las comunidades autónomas para la renovación de viviendas en términos de uso de energía. Estos planes contemplan la mejora térmica, la implementación de sistemas de calefacción, refrigeración, producción de agua caliente sanitaria y ventilación para el acondicionamiento térmico, la inclusión de equipos con energías renovables, y las mejoras que brindan protección contra el ruido.
La Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac) alerta acerca del colapso que experimenta el país con miles de proyectos de restauración de viviendas vinculados a la financiación de Next Generation, actualmente en un atolladero.