La proporción de alquileres flexliving o de casas amuebladas de temporada actualmente representa el 0,3% del mercado de alquiler en las principales ciudades de España, sin embargo, hay un 5% de demanda para este tipo de alquiler, según Carlos Pierre, fundador de Badi.
Durante la presentación de The District, una feria inmobiliaria que se llevará a cabo en Barcelona la próxima semana, Pierre detalló que Badi es una plataforma que ha estado alquilando apartamentos y cuartos durante nueve años y posee una división especializada en este tipo de alquileres, The Place.
Sin embargo, esta no tiene suficientes casas para cubrir la demanda, que combina renta de temporada, servicios y diseño interior. En la misma Barcelona, hay 700.000 viviendas de alquiler y sólo 3.000 son de flexliving. Pierre subrayó la creciente demanda de este tipo de viviendas por parte de personas que lleguen a la ciudad por cortos periodos de tiempo, una tendencia que él cree que en una década se situará entre el 8% y el 10% del mercado. Sus clientes van desde estudiantes hasta profesionales. Pierre señaló que, aunque representará un pequeño porcentaje del mercado, es favor de que se regule el alquiler de temporada. Francisco Pérez, CEO de Culmia, abogó por estas soluciones de vivienda flexible como una necesidad para aliviar la presión en el mercado de vivienda y advirtió sobre la legislación en contra de las mismas en Catalunya. Destacó que Madrid ya ofrece más facilidades para la construcción de estos alojamientos, desde residencias estudiantiles hasta complejos de apartamentos flexibles, y permite regulaciones urbanísticas en favor de su construcción.
Miguel Acosta, Asesor General Corporativo en Anticipa, parte del conglomerado Blackstone, mencionó que la vivienda se ha convertido en el segundo gran problema para la sociedad en España. Sin embargo, no existe una solución única para este problema. Según él, cualquier tipo de colaboración entre el sector público y privado sería beneficioso. Por otro lado, ha observado que la regulación pretendida del mercado de alquiler no ha funcionado, como se ha evidenciado en Catalunya, donde la retirada de productos del mercado solo ha generado más tensión. En su opinión, la sobrerregulación no es la respuesta idónea y consideró fundamental hacer cambios en la normativa urbana y la ley de contratación pública, entre otros aspectos.
