Muchas compañías adoptan la medida de plantar árboles para contrarrestar su huella de carbono. Este acto, muchas veces, termina siendo una simple táctica de lavado verde o greenwashing, ya que no se tiene un seguimiento o conocimiento concreto sobre el impacto real de tal plantación.
Sin embargo, a través de la tecnología que hemos desarrollado, es posible obtener informes sobre su estado de conservación y la cantidad de carbono que ha sido absorbido gracias a ella», detalla Teresa Domènech, CEO de Tracks CO2. Esta start-up, gestada dentro del laboratorio tecnológico Napptilus Tech Labs en 2022, utiliza la inteligencia artificial y las imágenes satelitales para vigilar las acciones de compensación de carbono.
Fue en sus inicios que se centraban en estimar la huella de carbono de las operaciones de las empresas, pero pronto percibieron que el auténtico nicho de mercado estaba en supervisar la eficacia real de esas medidas, ya que existen varias empresas que pueden calcular la huella de carbono, pero no muchas que puedan evaluar su real efectividad mediante las tecnologías que empleamos», añade Domènech. Como agregado a sus servicios, Tracks CO2 planea lanzar una herramienta que permita generar informes a partir de los resultados de monitoreo de las compensaciones. Sara Pont Vallés, jefa de desarrollo de negocios de Napptilus Tech Labs, señala que Tracks CO2 toma en consideración los cuatro criterios de calidad establecidos por la Unión Europea para asegurar la calidad y la comparabilidad de las eliminaciones de CO₂: cuantificación, adicionalidad; almacenamiento a largo plazo y sostenibilidad. Sus clientes, principalmente pequeñas y medianas empresas que no disponen de un departamento dedicado a estas labores, cuentan con el respaldo de la Agencia Espacial Europea y Barcelona Activa, que actualmente incuban a Tracks CO2.
