Categorías: Economía
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9 septiembre, 2024 7:52 am

El empleo en el sector agrícola se ha reducido a menos de un millón debido al avance de la mecanización y a la disminución de los costos

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La cifra de empleados en la industria agrícola española ha estado disminuyendo constantemente durante años, una tendencia que muchos consideran inamovible, y que durante agosto atravesó un umbral simbólico. Actualmente, solo queda alrededor de 991,000 trabajadores en el sector agrícola, cayendo por debajo del millón por primera vez en la historia registrada.

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A pesar de que nadie cuestiona esta disminución continua, las opiniones se dividen cuando se trata de las causas fundamentales que la propician. Algunos desde la industria culpan a factores como el aumento de costos, incluyendo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y contribuciones sociales, mientras que el Ministerio de Agricultura apunta a la mecanización y el incremento de la productividad como culpables.

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Para poner las cifras en contexto, caer por debajo de un millón de empleados en este sector primario, que incluye agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, significa que estos trabajadores ahora representan menos del 5% del total de los afiliados en España. Es el 37º mes seguido que se registra una caída interanual en los empleos, con 90.000 puestos de trabajo perdidos en este sector desde agosto de 2019, equivalente a una disminución de más del 8%. Si vamos más atrás en el tiempo, en enero de 1996, esta misma industria contaba con aproximadamente 1,3 millones de trabajos, representando el 10,5% del total.

En cuanto a los datos más actuales, de agosto de este año, se confirma la tendencia con la agricultura en su mínimo, aportando solo el 4,7% del total, en comparación con el predominio de los servicios, que aporta un 77%. Mientras tanto, la industria representa el 11,4% y la construcción el 6,6%. En cuanto a las causas de esta disminución del empleo agrícola, la importancia asignada a cada una varía dependiendo del interlocutor.

Cepyme y Asaja atribuyen a tres factores primordiales la situación actual: un aumento en las regulaciones europeas durante los últimos cinco años, la inexistencia de una nueva generación de trabajadores y principalmente, al incremento de los costes. Resaltan el incremento en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 54% desde 2018 y el incremento de las cotizaciones sociales, lo cual ha tenido un impacto considerable en un sector donde los salarios representan un alto porcentaje del coste total. Juan José Álvarez, secretario de organización de Asaja, señala a La Vanguardia que muchas grandes granjas han cerrado debido a la falta de rentabilidad. También hace hincapié en los costes adicionales que han surgido desde la pandemia y acusa al gobierno de no comprometerse suficientemente con el sector agrícola. Cepyme remarca que las ganancias del sector primario están muy por debajo de lo esperado y que hay una fuerte competencia directa.

Por otro lado, el gobierno difiere en este diagnóstico. El Ministerio de Agricultura sostiene que la caída constante en la afiliación agrícola se debe en gran parte a la implementación de la mecanización en la agricultura y la ganadería, lo cual ha llevado a una reducción de la necesidad de mano de obra, en particular en cultivos como la vid y el olivo. Asimismo, destacan que otro de los problemas es la falta de vacantes, impulsando a los agricultores a optar por cultivos donde la mecanización sea máxima. Según el Ministerio, «la disminución de afiliados en nuestro sector se debe principalmente a la mejora de la productividad por unidad de trabajo».

En defensa de su postura, argumentan que se advierte un crecimiento en la capacidad de producción, con las exportaciones de bienes agroalimentarios y pesqueros superando los 70.000 millones de euros en 2023 y registrando un aumento del 4,4% durante la primera mitad de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Otro problema que enfrenta el sector primario es la escasez de trabajadores. Desde Asaja, su secretario de organización, ve como positiva la migración circular, aunque añade que existen emigrantes en situación ilegal actualmente en España, y sugiere que el gobierno debería facilitar los trámites para su inclusión en el mercado laboral. La fuerza laboral migrante “siempre ha sido bien recibida”.

“Debemos esa disminución al progreso en el sector”, es la postura del Ministerio de Trabajo respecto a la reducción de empleos en el campo, que lo interpreta como signo de modernización en la economía española. Según Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, en una economía moderna, “el sector primario disminuye constantemente su peso… esto es normal, no debido a factores relacionados con el empleo, sino al aumento de la productividad y mecanización”. Sin embargo, este punto de vista es criticado por Juan José Álvarez, secretario de organización de Asaja, quien considera que esta idea desdena al sector rural español y reclama mayor compromiso gubernamental con el campo. Señala la ausencia de una nueva generación dispuesta a asumir la tarea, debido a las deficiencias en las políticas de apoyo a la transición generacional, necesaria para la agricultura. Por su parte, María Jesús Fernández, de Funcas, considera que la disminución del empleo en el campo se debe tanto a la modernización como a la menor rentabilidad que ofrece a los jóvenes la actividad agrícola, que evidencia también un marcado déficit de relevo generacional.

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