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¿Estás comercializando algo?

Con la llegada del nuevo ciclo académico, se manifiesta globalmente una mejoría y progresión continua en el estado económico. No obstante, más factores vienen a jugar. Durante los pasados años, las reflexiones han gravitado, entre otros aspectos, alrededor de la proyección internacional, la ampliación de las instalaciones, la integración de más tecnología en diversos aspectos como diseño, manufactura, comercialización, compras, supervisión laboral, y seguimiento al mercado.

Ahora es el momento de materializar estas consideraciones. Tal proceso de internacionalización requiere personal altamente capacitado y unido al avance económico, hay una gran cantidad de cambios en los puestos directivos. Vivimos también una era de adquisiciones constantes. Todas las empresas buscan crecer, sin embargo, algunas son simplemente demasiado diminutas y aunque sus rendimientos pueden ser positivos, no tienen la capacidad de adquirir otras empresas.

Es común que los ejecutivos, usualmente dueños de la empresa, se hagan a la idea de tener buenos rendmientos, no obstante, pasan por alto que su empresa está perdiendo terreno en el mercado global, que más empresas están haciendo adquisiciones para su crecimiento y que nuevos competidores surgen en mercados de rápido crecimiento como China. Para algunos empresarios a nivel global, la idea de que su negocio sea adquirido puede resultar ofensiva, pero conforme el tiempo avanza, la pequeña empresa comienza a deteriorarse, su valor va en descenso y en algún momento deja de ser un bien vendible, lo que complica la vida del dueño. La llegada de empresas chinas a Europa y EE.UU representa una oportunidad para las pequeñas empresas que pueden ser usadas como plataforma de acogida y crecimiento por dichas compañías chinas. Igualmente, las empresas europeas y estadounidenses de gran tamaño pueden utilizar pequeñas empresas para introducirse en otros países. Aquellos que han vendido su pequeña empresa de manera exitosa y han presenciado la caída de pequeños negocios sienten gran satisfacción. Las habilidades de estos exitosos empresarios se pueden volver a emplear con éxito, y lo obtenido, reinvertirlo.

Es esencial para toda compañía contar con un efectivo Consejo. No se necesita que sea numeroso ni que sus miembros reciban pagos exorbitantes, sin embargo, es crucial que posean una alta preparación y un sólido sentido ético e independiente. En diversas situaciones donde se requería la venta de una empresa, un competente Consejo ha sido de gran ayuda. Desde la perspectiva de un comprador, la presencia de un buen Consejo refuerza la confianza en la empresa. No obstante, en caso de una venta, es probable que el comprador no mantenga al Consejo actual, ya que probablemente ya cuente con uno. Los consejeros están conscientes de esta eventualidad. En caso de no tener una ética inquebrantable, tal vez no estén tan motivados para vender la empresa, a pesar de que pueda resultar la mejor decisión. Sobre todo si el dueño no desea llevar a cabo la venta, ya que podrían seguir recibiendo sus pagos durante algunos años más antes de abandonar el barco ante el aviso de un posible desastre. Preferirían acaparar los titulares por haber vendido la empresa, en vez de llevarla a la bancarrota.

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