¿A quién le debemos el dinero de la deuda española? ¿Quiénes tienen participación en los activos de la deuda pública de España? Los titulares de esta deuda cada vez están más en el país, desde que el Banco Central Europeo (BCE) terminó su táctica de «expansión cuantitativa» y cesó gradualmente de ser el principal financista de los países miembros de la zona euro.
Ahora, existen más tenedores de nuestra deuda, principalmente españoles, aunque los acreedores extranjeros continúan teniendo un papel crucial. Desde 2021, el BCE, que fue un importante comprador de bonos soberanos de España, fue disminuyendo su participación de manera gradual y paró de reinvertir en la deuda después de 2023, terminando por completo su programa de expansión, el cual resultó en una posesión de 2,5 billones de euros de la deuda pública de los países europeos.
En 2015, el BCE solo poseía el 8% de la deuda pública española, pero este porcentaje se elevó hasta el 33% en 2021. De la nueva deuda de 200.000 millones de euros que surgió desde el 2021, los tenedores extranjeros se quedaron con 74.000 millones. El vacío dejado por el BCE fue llenado por diferentes fuentes, especialmente los inversores españoles, quienes fueron motivados por la mejor rentabilidad resultante del aumento de las tasas de interés. Estos inversores han ayudado a compensar el crecimiento de la deuda de aproximadamente 200.000 millones de euros desde 2021, llevándola a 1,35 billones de euros. Según los datos más recientes del Tesoro, los bancos y los individuos han estado trabajando duro en los últimos dos años, adquiriendo una mayor parte de la deuda de inversores extranjeros, quienes en cierto tiempo llegaron a tener el 45% de toda la deuda. De los 200.000 millones de euros de la nueva deuda pública, los bancos han adquirido 41.382 millones, llegando a poseer el 13,4% del total.
A nivel nacional, los fondos de inversión han acumulado 21.055 millones, mientras que las empresas han reunido 7.249 millones. El Banco Central Europeo, en contraste, sólo ha agregado 4.136 millones. Un fenómeno importante es el creciente interés de individuos en las letras del tesoro, especialmente considerando que los depósitos han ofrecido rendimientos bajos. Los inversores individuales han reunido 29.826 millones, una cifra bastante notable considerando que en 2021 sólo tenían 1.007 millones. De hecho, este segmento ha superado a las administraciones públicas como compradores de deuda por primera vez.
Los inversores extranjeros, aunque aún influyentes con 73.973 millones invertidos, han perdido relevancia ya que su participación es menor a la que le correspondería. Según el nuevo reparto, el 41% de la deuda está en manos de inversores extranjeros, el BCE tiene el 28%, los bancos el 13%, las aseguradoras el 7% y los fondos de inversión, particulares y administraciones el 2% cada uno. El 5% restante se divide entre varios perfiles incluyendo fondos de pensiones y aseguradoras.
A pesar de los altos tipos de interés, este año no ha sido el más desafiante para el Tesoro, quien debe colocar cerca de 55.000 millones en nueva deuda y afrontar amortizaciones algo menores a los 80.000 millones. En el próximo año se espera un pico de vencimientos de deuda de 160.000 millones. A fecha de julio, la edad media de la deuda en circulación es de 7,94 años, un plazo que el Tesoro considera bastante aceptable y que contrasta con los cinco años de media a comienzos de siglo. Los intereses de las nuevas emisiones de deuda han crecido de manera significativa.
El año pasado, con tasas extremadamente bajas, solo representaban el 0,1% en promedio, pero en la actualidad han incrementado a un 3,2%, lo que está causando presión sobre las finanzas del estado. Solo en el pago de intereses de la deuda, el conjunto de todas las administraciones públicas ya gastan más de 33.000 millones de euros al año, de acuerdo a los datos más recientes del Banco de España. Si consideramos a todas las administraciones, la deuda pública en junio ascendía a 1,62 billones, que equivale a 108% del PIB.