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Diez sugerencias emergen para El Prat, pero no se llega a un acuerdo común

A lo largo de más de cuatro años de debate sobre la expansión de El Prat, Aena, entidades económicas, grupos empresariales, partidos políticos y profesionales por cuenta propia han presentado numerosas propuestas para aumentar la capacidad del aeropuerto y fomentar los vuelos transatlánticos.

Sin embargo, ninguna ha conseguido el consenso de todas las partes involucradas, ya sea por dificultades técnicas, consideraciones medioambientales o estrategias políticas. Ahora, el desafío de determinar el futuro de la infraestructura recae en el Govern de Salvador Illa, que dispone de un plazo máximo de cuatro meses para llegar a una resolución.

La principal duda es si presentará una alternativa a las opciones ya propuestas o si intentará persuadir a sus socios de investidura con algunas de las ideas sugeridas hasta ahora. A lo largo de este período, no han escaseado las ideas. Aquí están las que han despertado más interés (todas con sus ventajas y desventajas) y las que podrían formar la base de un posible acuerdo.

El administrador de aeropuertos Aena, donde Enaire, con un 51% de participación estatal, asumió un papel proactivo en enero de 2020, previo a la pandemia. La iniciativa propuesta abogaba por la extensión de la tercera pista (la que da al mar y es utilizada para despegar los aviones) en 500 metros al este, afectando la laguna de la Ricarda. También se propone la construcción de una terminal satélite con un presupuesto estimado en 1.700 millones de euros. Con esta iniciativa, se buscaría expandir la capacidad técnica de El Prat de 50 millones de pasajeros actuales a unos 70 millones, favoreciendo el manejo de los aviones de fuselaje ancho que viajan a destinos intercontinentales y preservando el uso segregado de las pistas (con una pista para despegue y la otra para aterrizaje) para no incrementar el ruido en las áreas circundantes. No obstante, su impacto ambiental y el subsiguiente incremento de pasajeros encontró resistencia en grupos ecologistas y partidos como los Comuns y ERC, así como alcaldes de la zona de diferentes bandos políticos.

Una pista elevada sobre el mar
Por otra parte, la patronal Foment del Treball propuso una serie de alternativas tras un año de consultas con varios expertos en octubre del año pasado. Se resaltó la opción de construir una pista elevada sobre la Ricarda, extendiéndose por unos 840 metros al este. Con esta pista de despegue, que tendría una longitud total de 3.500 metros y estaría sujeta con pilones, todos los aviones disponibles podrían despegar en cualquier condición meteorológica. Sin embargo, esta opción estaría sujeta a la proximidad con el Port, y también necesitaría la aprobación de Bruselas, igual que la opción de Aena, ya que la Ricarda está situada en la red Natura 2000.

La pista tres planeada por el ingeniero Juan Rojas, que también fue incluida por la comisión de Foment para el aeropuerto, marca una desviación de la propuesta de Aena. Esta propuesta consiste en extender la pista de aterrizaje 300 metros hacia el este, garantizando una zona libre de obstáculos. La pista tendría una longitud de 2.960 metros, lo que disminuiría la afectación en la Ricarda, aunque no permitiría despegar a todas las aeronaves en todas las condiciones climáticas y de carga. Una alternativa sería extender la pista 100 metros hacia el oeste y 200 al este. Esto no afectaría a la Ricarda, pero sí a El Remolar. En ambos escenarios, sería necesario crear zonas de control de pista (clear ways) no pavimentadas.

Barcelona Global ofreció su propuesta el año pasado tras una investigación de siete meses realizada con una variedad de especialistas. Su idea es extender la pista 350 metros, lo que preservaría la laguna de la Ricarda. Se agregarían otros 300 metros de zona de seguridad no asfaltada (clearway) a la pista, para facilitar el despegue de aviones de gran tamaño. En total, la pista contaría con 3.310 metros.

En abril, ERC presentó su alternativa, en anticipación de las elecciones. Plantean no alterar las pistas y solo cambiar su uso (para despegue y aterrizaje) durante unas horas en los meses de verano, cuando la demanda de vuelos es más alta. Los terrenos de la red Natura no se verían afectados aunque el ruido aumentaría.

La propuesta de Joaquim Coello sugiere la construcción de una nueva pista de despegue encima del Mediterráneo, con una longitud de 3.500 metros.

Aquellos que se oponen al incremento de vuelos proponen la activación de los aeropuertos periféricos en Reus y Girona. Sin embargo, las compañías aéreas sostienen que esta medida contradice la dinámica habitual de la industria aeronáutica.

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