La preocupación de los especialistas radica en el posible incremento de los valores de los bienes raíces en el futuro cercano. Las causas de esto son varias, entre ellas, la falta de oferta de propiedades, una demanda agresiva y exorbitante, y una gradual relajación en las condiciones de financiamiento.
Sin embargo, aún en estas circunstancias, los precios han mantenido estabilidad. Aun con todo esto, en España predominan más los compradores que los vendedores. En primer lugar, los españoles tienen un gran interés en el sector inmobiliario, pues lo consideran una inversión sólida a largo plazo.
En segundo lugar, a pesar de que los intereses son más elevados que en 2018, aún son bajos en comparación a otros mercados, como México con el 10,75%, Rusia con el 18% e Islandia con el 9,25%. La demanda de compradores extranjeros con alto poder adquisitivo también contribuye, y se han establecido con intenciones de permanecer. A pesar de todo, la inflación se ha hecho presente. Las políticas monetarias restrictivas pretendían limitar el gasto familiar para luchar contra los altos precios en Europa, llevando a muchos compradores a detener la compra de viviendas. Algunos de ellos esperan una reducción en las tasas de interés. Esta demanda retenida se reactivará con cada disminución en la tasa anunciada por el Banco Central Europeo. En un escenario de altas tasas de interés, se fomenta el ahorro en vez del gasto. Los datos públicos revelan que la renta bruta disponible de las familias españolas aumentó un 10,6% en el tercer trimestre de 2023, superando la inflación (2,8%) y el consumo (5,7%). En resumen, aquellos que detuvieron la compra de viviendas han estado ahorrando, lo que actuará eventualmente como un disparador para reactivar aún más el mercado inmobiliario.
La intención de una reducción de tasas en cualquier economía es contrarrestar un posible debilitamiento de los precios. Esto puede haber sucedido con la vivienda en Alemania o Suecia, pero ciertamente no se ha dado en España. A pesar de tener tasas presumiblemente altas, el precio de la vivienda en España ha resistido y, en algunos lugares como Madrid, incluso ha superado los máximos históricos. Por lo tanto, una reducción en las tasas podría acelerar aún más la demanda y hacer que los precios se disparen aún más. Se están firmando más hipotecas y más ventas, y los precios de los inmuebles están aumentando. Por ejemplo, en mayo, se esperaba una caída en las tasas en junio y las ventas a notarios aumentaron un 3% en comparación con 2023, según datos del Consejo de Notariado. Las hipotecas firmadas habían experimentado un aumento del 9.8%, junto con un aumento de 1.3% en los precios de los inmuebles. En junio, con la caída de las tasas, las ventas de viviendas crecieron un 3.9% y los préstamos para la compra de viviendas subieron un 13.9%. El precio de la vivienda en junio subió un 4.3%, según los notarios. A medida que se faciliten las condiciones para obtener hipotecas, más personas comprarán casas y, en consecuencia, los precios de las viviendas aumentarán. La próxima reunión de política monetaria del Banco Central Europeo está programada para el 12 de septiembre, donde se decidirá si se reducirán más las tasas o se mantendrán tal como están.
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